Un anillo de ópalo con 4 diamantes era el que llevaba cuando la actriz fue asesinada por la banda de Charles Manson

A la venta las joyas de la difunta Sharon Tate. La joya más valiosa es un anillo de ópalo rodeado de cuatro diamantes. Su valor estimado es de 50.000 dólares pero sale en subasta por 10.000 en la casa Gotta Have Rock and Roll. Esta pieza elegante le fue presentada a la bellísima actriz por su marido, el director Roman Polanski y la leyenda dice que lo llevaba puesto cuando fue brutalmente asesinada por la «familia Manson» con su bebé dentro de su vientre, que le fue arrancado.

Se rumorea que la casa de subastas, lanzará también unos pelos de Michael Jackson, recogidos en el Hotel Carlyle tras la estancia del cantante. Y que en realidad el anillo fue regalado por Polanski con motivo de la pedida de mano de la radiante novia. Pero Pete Siegel, copropietario de la casa de subastas asegura que ella lo llevaba dunte su brutal asesinato y cuatro personas más en su lujoso rancho angelino. Y ha dicho: «No sabemos quién querrá comprarlo. Pero ella fue bella, inocente y popular». Y se subasta el pesado cenicero con el que otra de las víctimas (el peluquero de las celebridades Jay Sebring) fue asesinado. Parecen Historias para No Dormir.

Sharon Tate y sus cuatro amigos murieron en el rancho la noche del 9 de agosto de 1969 durante una pequeña fiesta adornada con bastante marihuana. Ella estaba de ocho meses y Polanski se libró de morir porque en Londres perdió el avión que le debía retornar con su mujer. Los asesinos, Charles «Tex» Manson, Patricia Krenwinkel y Susan Atkins, completamente drogados. Tate fue la última en morir y pedía por la vida de su hijo, pero Atkins la llamó «puta» y la apuñaló hasta 16 veces antes de colgarla y sacarle el feto, ya muerto. Con su sangre, la asesina escribió «Cerda» en las paredes. La hermana de Sharon, Debra niega todos estos rumores. En la web TMZ ha declarado que el anillo no era de su gusto y que jamás lo llevó. Además, al estar tan embarazada, tenía las manos hinchadas.

Sin duda se trata de una subasta macabra, aunque hipócritamente hablan de la «trágica muerte de la actriz». En la prensa americana se habla de una suabasta repulsiva e instan a que nadie puje. Atkins siempre declaró quue la mató «para conocer el sabor de la muerte». El mundo, y Polanski, jamás se han recuperado y el director habló del perdón en su film «La doncella y la muerte».