Los cineastas belgas regresan a la competición de Cannes con «La Fille Inconnue

Jean-Pierre y Luc Dardenne regresan a la Competición de Cannes con una investigación: «La Fille Inconnue». Al igual que con Emilie Dequenne en «Rosetta», en 1999, y Marion Cotillard en «Dos días, una noche», en 2014, los directores eligieron a una actriz francesa, Adèle Haenel, entre un casting esencialmente belga, para encarnar al personaje principal de su película.

Los hermanos Dardenne viven una larga historia con el Festival. Con la Palma de Oro que recibieron en 1999 por «Rosetta», despegó su carrera a nivel internacional y Emilie Dequenne, recompensada con el Premio de interpretación femenina, se dio a conocer. Ese año también comenzó su carrera en Cannes. En 2002, presentaron «El hijo» («Le Fils»), que valió a Olivier Gourmet el Premio de interpretación masculina.

Los directores regresaron en 2005 con «El niño» («L’Enfant»), ganadora de nuevo de la Palma de Oro, e incursionaron en el selecto círculo de los directores que han recibido dos veces la recompensa. En 2011, se alzaron con el Grand Prix por «El niño de la bicileta» («Le Gamin au vélo2) y en 2014 fueron seleccionados de nuevo en Competición con «Dos días, una noche» («Deux jours, une nuit»).

En «La Fille Inconnue» («La chica desconocida»), Jean-Pierre et Luc Dardenne regresan a los suburbios de Liège, su ciudad natal y el lugar en el que filman con mayor frecuencia, para narrar la historia de una investigación en un entorno médico. Y como suele suceder con los hermanos Dardenne, el fondo es tan importante como la intriga principal. El entorno de un consultorio ofrece una historia sencilla y profunda, que desvela la clase social y las condiciones de vida de los pacientes. Adèle Haenel encarna a una joven médica generalista que tiene un gran sentimiento de culpa por haber ignorado a una chica que pidió ayuda en el consultorio y a la que encuentran muerta no lejos de allí.

El elenco reúne a Adèle Haenel, a quien descubrimos en Cannes en 2011 en «Casa de tolerancia» de Bertrand Bonello, Jérémie Renier y Olivier Gourmet, revelaciones de los hermanos Dardenne en «La Promesse» en 1996 y que se han convertido en pilares del registro de cineastas belgas.