La estrella del Hollywood dorado Rhonda Fleming, una de las «reinas del Technicolor», cuya larga carrera abarcó cine, televisión, teatro y música, murió el pasado miércoles en Santa Mónica, California, a los 97 años, según se conoció este viernes 16 de octubre. Trabajó en más de 40 películas, trabajando a las órdenes de directores como Alfred Hitchcock, Jacques Tourneur y Robert Siodmak, entre otros.

Fleming (de nombre real Marilyn Louis) nació el 10 de agosto de 1923 en Los Angeles, California. Pelirroja de profundos ojos verdes, fue una de las actrices del Hollywood Clásico que mejor se supo mover por el western, con algunas incursiones en el cine negro.

Su familia se dedicaba al teatro, hecho que impulsó la carrera artística de Fleming, quien, tras unos prometedores inicios en la radio, debutó pronto el mundo de las bambalinas representando obras en el instituto al que acudía en el lujoso barrio de Hollywood donde residía.

Su deslumbrante belleza no pasó desapercibida en la cuna de la industria cinematográfica. Empezó en el cine como starlette en la Fox con el título «In Old Oklahoma» (1943), pero fue realmente David O’Selznick quién le ofreció su primer contrato y trás protagonizar un pequeño papel en «Desde que te fuiste» (1944), el productor impulsó su carrera hasta consagrarse con «Recuerda» (1945), dirigida por Alfred Hitchcock y producida por David O. Selznick, y un año después en dos thrillers clásicos, «La escalera de caracol» (1946) y «Retorno al pasado» (1947), en la que trabajo junto a Robert Mitchum o Kirk Douglas. Posteriormente, protagonizó junto a Bing Crosby «Un yanqui en la corte del rey Arturo» (1949), película basada en el libro de Mark Twain donde daba vida a lady Alisande la Carteloise.

Pronto en la colorista década de los años 50 y en el estudio Paramount fue en donde la flamígera cabellera de Rhonda Fleming se hizo notar con verdadera intensidad en gran cantidad de títulos, muchos de ellos westerns o películas de aventuras: Así dió vida a una bailarina exótica en «Little Egypt» (1951), o a una dama pirata en «The Golden Hawk» (1952), y en el thriller «Grito de terror», que aunque nada pretencioso logró un magnífico resultado.

En el año 1953 debutó en el 3-D con «Inferno» dando vida al personaje de una mujer vengativa, fria y calculadora, al lado de Robert Ryan que interpretaba el papel de marido del susodicho personaje y en el que recaían todas las iras de su maléfica esposa. Ese mismo año y aprovechando los decorados de la «Salomé» de Rita Hayworth, apareció como una sibilina Cleopatra en «Serpent of the Nile».

Otras de sus cintas fueron «El Triunfo De Buffalo Bill» (1953) con Charlton Heston, «Jívaro» (1954) con Fernando Lamas, «El Jugador» (1955) de Allan Dwan, «Odongo» (1956) de John Gilling, «Duelo De Titanes» (1957) de John Sturges en el que tuvo como partenaires a fabulosos actores como Kirk Douglas o Burt Lancaster, «Alias Jesse James» (1959), comedia del Oeste en la que volvió a coincidir con Bob Hope, o la historia circense con Victor Mature de «El Gran Circo» (1959), además de la notable película negra «Mientras Nueva York Duerme» (1956) de Fritz Lang.

En los años 60 redujo notablemente su trabajo cinematográfico, apareciendo en títulos como el italiano «La rebelión de los esclavos» 1961, que se rodó en España, con Rhonda en el papel de la patricia romana Flavia, o una comedia rodada junto al gran Jerry Lewis llamada «Jerry Calamidad» en 1964 y finalmente una película rodada en Italia llamada «La esposa americana».

Todas ellas fueron películas características de una mujer que se retiró oficialmente del cine en el año 1969 (mucho tiempo después intervino en algún título más sin trascendencia), dedicándose durante los 60 y 70 a participar en numerosas series de televisión. Su última aparición en una película fue en el corto «Waiting for the Wind» (1990)

Rhonda Fleming se casó en seis ocasiones (Thomas Lane, Lew Morrell, Lang Jeffries, Hall Bartlett, Ted Mann y Darol Wayne Carlson) teniendo un único hijo con Lane. Aunque no es recordada como una gran actriz, su glamourosa e imponente presencia producía una particular efervescencia en cualquier film que contaba con su presencia.

Desde que se retiró se ha dedicado a las obras benéficas relacionadas con el cáncer, los sin hogar y los niños maltratados. En 1991, junto con su por entonces marido, el productor y propietario de cines Ted Mann, creó la «Rhonda Fleming Mann Clinic For Women’s Comprehensive Care» en el centro clínico de la UCLA.