La ópera prima de Iván Ruiz Flores muestra la historia de una mujer que cuando alcanza la jubilación se ve obligada a cuidar de su madre nonagenaria

Desde el pasado 25 de Julio se rueda en Madrid el largometraje «Retrato de mujer blanca con pelo cano y arrugas», dirigido por Iván Ruiz Flores y protagonizado por Blanca Portillo. El reparto se completa con Carmen Esteban, Carlo D’Ursi, Ana Wagener, Manuel Morón e Imanol Arias.

Escrita por Iván Ruiz Flores y Ana González Gutiérrez, la película cuenta como Julia ha esperado toda su vida para poner fin a su labor como profesora de escultura y empezar a dedicarse a su vida y obra. Hoy ya puede hacerlo. Se acaba de jubilar. Su madre, Marina, anciana nonagenaria, es una mujer golondrina. Vive un mes en casa de su hija Julia y el siguiente en la de Juan y Esther, hijo y nuera. Así lleva ya casi tres años. Hastiada por la situación, y aprovechando la jubilación de Julia, Esther decide que no se quedará más en su casa. Julia se ve obligada entonces a dejar nuevamente sus anhelos en espera para quedarse al cuidado de su madre. Para ayudarle contratará a Miguel, un experto cuidador, que se convertirá además en su confidente y su único amigo. Pero la convivencia entre madre e hija adopta formas que Julia no es capaz de moldear. Atrapada en la nueva situación, Julia tratará de encontrar una salida.

El director Iván Ruiz Flores asegura que la película «es la historia de una mujer que cuando puede regalarse tiempo a sí misma, se siente en la necesidad de dedicárselo a su madre. De una mujer que hace lo que debe y no lo que quiere. Que necesita del autoengaño y del engaño a los demás. Que busca su sitio y no lo encuentra. El retrato de Julia».

Carlo D’Ursi es el productor, además de uno de los protagonistas: «Hace 5 años, el director de «Retrato de mujer blanca con pelo cano y arrugas” Iván Ruiz Flores vino a verme para presentarme el guión. Me bastó una sola lectura para darme cuenta de que tenía delante una obra de arte, una película única, compuesta exclusivamente por planos fijos inspirados en el pictorialismo danés, y al mismo tiempo universal, que planteaba preguntas muy importantes sobre ese momento de la vida en el que tenemos que asumir el rol de cuidadores de nuestros padres», recuerda, asegurando que se sintió inmediatamente atrapado por esta historia, para la que los actores «representan el elemento crucial en un proyecto en el que una vez más estoy involucrado como actor y como productor. Entiendo este trabajo como un permanente acto de protección y cuidado a los directores que deciden otorgarme el honor de acompañarles en el sueño de convertir su visión en una película».