El original, creado por los franceses livier Nakache y Eric Toledano en 2011 recaudó 416 millones de dólares en todo el mundo

Bryan Cranston y Kevin Hart protagonizarán el remake de la multitaquillera película francesa «Intocable», que dirigieron en 2011 Olivier Nakache y Eric Toledano. La versión hollywoodiense del filme estará producido por los hermanos Bob y Harvey Weinstein

Bryan Cranston (conocido por su papel como Walter White en «Breaking Bad», y nominado en la categoría de Mejor Actor en la edición de los Oscar de este año por «Trumbo: La lista negra de Hollywood») y la máxima figura afroamericana actual Kevin Hart («Dale duro»), además de ciertas obras de carácter autobiográfico) estarían en negociaciones con el estudio cinematográfico estadounidense The Weinstein Company para la realización de un remake a todas luces innecesario del bombazo francés «Intocable» (2011).

A pesar de que aún no se ha cerrado ninguna oferta ni se ha oficializado nada por el momento, las charlas estarían ya en un avanzado estado de entendimiento, según informa Deadline. El estudio liderado por los hermanos Bob y Harvey Weinstein habría contratado ya al actor y productor Paul Feig («Espías») para la elaboración del guión, y obviamente estarían en busca de un director para comenzar el proyecto lo antes posible, cuyo anuncio podría ser inmediato.

Lo cierto es que desde un primer momento la película era carne de remake debido al enorme éxito internacional que había cosechado con 416 millones de dólares de recaudación, pero con unos «modestos» 10 millones en términos de recaudación nacional en Francia, una cifra que resultó ser profundamente decepcionante para una historia tan emotiva. Sin embargo, y a pesar de contar también con el apoyo del público general (75% de críticas positivas en Rotten Tomatoes y una nota media de 8.1 en Metacritic), el remake se torna del todo innecesario contando los pocos años que han pasado desde su lanzamiento y la aparente falta de necesidad real, pues la cinta no ha envejecido en absoluto y mantiene aún hoy día un toque moderno y bien estructurado.

El filme original consiguió hacer del joven actor francés Omar Sy una verdadera estrella, y a partir de ese momento recibió multitud de ofertas para formar parte del elenco interpretativo de algunas obras de cierta relevancia para la industria como «X-Men: Días del futuro pasado», «Jurassic World» o lo que puede ser uno de los grandes éxitos del 2016 a nivel internacional, «Inferno», protagonizada por Tom Hanks y cuya fecha de estreno está fijada para el 28 de octubre del presente año en suelo gringo.

En primera instancia, la combinación entre Bryan Cranston y Kevin Hart puede parecer realmente brutal, y es que uno de los puntos fuertes de la versión original sin duda fue la química y la aparente sinergia natural que lograron conseguir Omar Sy y Francois Cluzet (en su papel como el refinado multimillonario Phillippe). Si los dos intérpretes norteamericanos logran acercarse mínimamente a la enorme actuación llevada a cabo por sus compañeros de profesión franceses, The Weinstein Company podría tener en sus manos una de las cintas más taquilleras y todo un coloso en términos de recaudación. Debido al carácter multidisciplinar que tiene, con toques cómicos que cuadran a la perfección con el carácter dramático y sentimental que posee la línea argumental en sí misma, la película puede llegar a atraer a todo tipo de público, tanto audiencias jóvenes como más mayores, hombres y mujeres…

Para aquellos que no se encuentren familiarizados con el film original, «Intocable / Amigos / Amigos intocables / Intouchables» narra la relación entre dos personajes totalmente opuestos y procedentes de entornos diferentes: Uno, Driss (Omar Sy), de origen senegalés, vive en un barrio obrero de París, con antecedentes penales, vitalista, descarado, divertido e irreflexivo; el otro, Phillippe (Francois Cluzet), un rico tetrapléjico culto y muy poco espontáneo, que necesita un ayudante personal.

Driss acude a la entrevista esperando ser rechazado y con la sola pretensión de poder sellar sus papeles para cobrar el paro. Sin embargo, es sorprendentemente contratado, pese a su descaro y a no tener ninguna formación profesional. Los motivos de Phillippe, harto de lidiar con cuidadores que sentían piedad de él, fue el ver que no le tenía compasión alguna y el reto de conseguir que el rebelde joven fuera capaz de realizar un trabajo y adaptarse a unos estrictos horarios y rutinas responsablemente. Poco a poco, la relación entre empleado y empleador se va convirtiendo en la amistad de dos personas que se ayudan mutuamente a enfrentar y superar las dificultades que sus respectivos mundos les han presentado a lo largo de los últimos años.