«Sigo trabajando porque siempre hay nuevas historias… Mientras la gente quiera que se las cuente, lo seguiré haciendo”, afirma

Este 31 de mayo Clint Eastwood cumple 90 años. Su experiencia vital es interminable: Además de actor, director, productor, músico y alcalde (algo de los que no todos pueden presumir), antes de asentarse en el mundo del espectáculo, fue además, obrero del metal (como su padre), leñador, peón de la construcción, bombero, pianista, músico, compositor, soldado, repartidor de periódicos, empleado de tienda, caddie de golf, profesor de natación o político. Pocos oficios quedan en los no haya probado suerte.

Eastwood nació el 31 de mayo de 1930 en San Francisco. Hijo de un obrero metalúrgico, su infancia estuvo marcada por la Gran Depresión, mientras su padre daba tumbos de una a otra ciudad, en busca de trabajo, hasta que la familia se instaló en Ockland, donde el furo actor se lanzó al primer trabajo que le salía. Demasiado joven para luchar en la Segunda Guerra Mundial, hizo la mili en la Marina, se reenganchó hasta 1954, como profesor de natación, mientras se pagaba sus clases de arte dramático, vocación que le contagiaron dos compañeros del ejército, los actores David Janssen (‘El fugitivo’) y Martin Milner. Gracias a ellos y apenas cumplidos los veinte años consiguió un contrato en la Universal por 75 dólares semanales: comenzó en películas de serie B, pero fue rechazado cuando algún ejecutivo del estudio decidió que tenía ‘el bocado de Adán’ (la nuez del cuello), demasiado pronunciado. Clint tuvo que, entre contrato y contrato, dedicarse a limpiar piscinas. Por fin en 1959 fue contratado para una serie de televisión como el vaquero protagonista de ‘Rawhide’, lo que le otorgó una incipiente popularidad. Eastwood hizo su debut como director filmando varias promos de la serie, aunque no fue capaz de convencer a los productores para que le dejaran dirigir un episodio. En la primera temporada de ‘Rawhide’, Eastwood ganaba 750 dólares por episodio y cuando fue cancelada le pagaron un finiquito de 119 000 dólares.

A finales de 1963, el compañero de reparto de Eastwood en ‘Rawhide’, Eric Fleming, rechazó una oferta para protagonizar un western hispano-italiano titulado ‘Por un puñado de dólares’, que se iba a rodar en España y sería dirigido por el entonces desconocido Sergio Leone. El actor Richard Harrison estaba convencido de que Eastwood podría interpretar a un cowboy de manera convincente y lo propuso para el papel. El actor vio la oportunidad de escapar de su imagen en ‘Rawhide’ y firmó un contrato de 15 000 dólares por once semanas de trabajo en Almería más el obsequio de un coche Mercedes-Benz al final del rodaje. Eastwood ayudó a crear el estilo del personaje del ‘Hombre sin nombre’ protagonista, y aunque el actor no era fumador, Leone insistió en que debía fumar cigarros como ingrediente esencial de la ‘máscara’ que estaba intentando crear para su solitario protagonista. El actor completó su apariencia comprándose un poncho mexicano en Almería.

El éxito de ‘Por un puñado de dólares’, propició que Leone hiciese otras dos películas con Clint Eastwood y su ya inseparable poncho: ‘La muerte tenía un precio’ (1965) y ‘El bueno, el feo y el malo’ (1966), creando la ‘trilogía del dólar’, de la que salió convertido en estrella. Aun rodó otras dos películas en Europa: el filme de episodios ‘Las brujas’ y ‘El desafío de las águilas’, junto a Richard Burton.

De nuevo en EE.UU. y tras ‘La leyenda de la Ciudad sin Nombre’ y ‘Dos mulas y una mujer’, debuta como director con ‘Escalofrío en la noche’ (1971), y se convierte en el policía duro de métodos expeditivos por excelencia con ‘Harry el sucio’ y sus secuelas que consolida su prestigio como actor todo terreno durante toda la década abriéndose a otros géneros como la comedia («Duro de pelar”, 1978) o el suspense («Fuga de Alcatraz” 1979), mientras que como director va destapando paulatinamente otros intereses hasta revelarse como un romántico. Y en 1986, entra en política siendo elegido alcalde de su ciudad, Carmel, California.

1992 marca un punto y aparte: ‘Sin perdón’, que dirige y protagoniza, recibe quince nominaciones, cuatro Oscar de los grandes (mejor película, director, montaje y actor secundario -Gene Hackman-, y es reconocida además con otros treinta premios diferentes. Desde entonces su carrera, tanto delante como detrás de la cámara, o en ambos sitios a la vez, es un camino hacia la gloria: Controla a la perfección el proceso de rodaje porque sabe de todo, y como director es perfectamente organizado con un clasicismo narrativo insuperable. Hace año estrenó una nueva película como director, y hoy a sus 90 años sigue trabajando: «Sigo trabajando porque siempre hay nuevas historias… Mientras la gente quiera que se las cuente, lo seguiré haciendo”, afirma.