Un monólogo lleno de humor sobre el misterio de la vida que se ha representado en el Teatro del Barrio de Madrid, sala a la que volverá en julio

«Non solum» es una pieza que tiene mucho de teatro del absurdo. Sergi López, intérprete de este monólogo, lo insinúa casi al final de la función, cuando se sienta entre el público e irónicamente dice: «La obra es un poco rara, ¿no?”.

Pero al mismo tiempo «Non solum» está incardinado con la tradición teatral española, sobretodo con obras como «Casa con dos puertas mala es de guardar», de Calderón, porque, aunque se trata de un monólogo, ya está dicho, Sergi López, en un ejercicio interpretativo colosal, encarna a varios personajes al mismo tiempo, incluso a una multitud. «Non solum» llega de Uruguay, donde se ha representado con enorme éxito, y ha estado varios días durante la Semana Santa en el Teatro del Barrio de Madrid, sala a la que volverá en julio.

«Non Solum», escrita por Sergi López y por el dramaturgo Jorge Picó, tiene efectivamente algo del teatro de Ionesco o de Samuel Becket, de la angustia de aquellas obras que reflejaban la desolación y el vacío que en Europa había dejado la Segunda Guerra Mundial. Por eso, el personaje se pregunta por el misterio de la vida, qué hacemos vivos, por qué estamos aquí todos juntos, cuestiones que Sergi López, en un ejercicio interpretativo sublime, elevadísimo y muy complicado, traslada al público. Pero todo ello aparece envuelto en un humor de vodevil ilustre.

La función arranca con un hombre que entra sigilosamente en un piso en busca de una mujer. Pero lo que encuentra es a un fontanero desnudo. Y luego aparece un trabajador del catastro. Y a continuación un apasionado del ali oli. Y posteriormente toda una multitud. Son muchos, sí. Pero solo es uno: Sergi López. Todos son el mismo y hablan igual. Pero son diferentes. Esos hombres hablan de sexo -en principio creían que iban a encontrarse con una mujer-, pero también de la muerte, de la solidaridad, y de la soledad. Hay mucha soledad en la obra. «El Paraíso es el lugar donde todas las preguntas tienen respuesta, donde nunca nadie se encuentra solo”, afirma el personaje. Y también se incluyen numerosas referencias a la actualidad, a los tiempos políticamente convulsos que vivimos, con varias menciones a las asambleas. Prque se trata, en gran medida, de teatro político.

Sergi López es conocido por sus trabajos en el cine -”El laberinto del fauno”, «Mapa de los sonidos de Tokio”, «Pan negro”-, pero es un consumado actor de teatro, y asegura que sobre las tablas ha encontrado grandes satisfacciones profesionales, más aun cuando defiende un texto propio, como es en el caso de «Non solum». Este monólogo, que se estrenó en 2005, lo ha repesentado en catalán, español y francés. La obra ha tenido ya una larguísima vida. Y la que le queda.