EN SU LIBRO DE MEMORIAS ASEGURA QUE EL MADRILEÑO SERGIO PERIS-MENCHETSA. COMPAÑERO DE REPARTO DEL FILME, LA CAUTIVÓ

Esta aristócrata de orígen ruso, ennoblecida por la reina Isabel II y que sustituirá a sir John Gielgud en el rol del mayordomo de «Arthur, el soltero de oro», lo hace por amor: a su marido, el director Taylor Hackford, y su segunda película juntos desde que se conocieron en «Noches de sol», «Love Ranch».

Dame Mirren rodó «Love Ranch» a las órdenes de su marido y junto a Joe Pesci en 2008, en Nuevo México y Los Angeles, simultaneándola con otro rodaje, el de «La sombra del poder». En su libro de memorias, el delicioso «In the frame. My Life in Words and Pictures», recordó del enorme estrés de hacer dos películas simultáneamente y de la ayuda que encontró en un actor madrileño que la cautivó, Sergio Peris-Mencheta, que es el boxeador que llega hasta un remoto lupanar en el desierto de Nevada.

En aquellas memorias, Mirren se preguntaba qué sería de la película. El hecho es que «la reina» y Hackford se batieron infatiglamente el cobre en el mercado del pasado Festival Internacional de Cine de Cannes para encontrar compradores. Decoraron la alfombra roja, se tragaron el marrón de amadrinar la fiesta más aburrida -de la firma de joyas Chopard- y buscar chollos en el mercado cercano a la estación de ferrocarril, confundidos entre los turistas.

Pues bien, «Love Ranch», basado en las memorias reales de la dueña de un lupanar cerca de Reno, Nevada,y de su marido, tiene fecha de estreno norteamericano y ella, ni corta ni perezosa ha decidido, a sus 65 radiantes años el mes próximo, mostrar algo más de su arrugada piel. Lo ha hecho en «New York Magazine» y las fotos bien las habría podido hacer él dado su amateurismo y poca bondad con la dama. Mirren, en su estilo franco y directo habituales, habla en la entrevista de todo un poco.

«Ya no soy tan escandalosa como lo fuí. Me imagino que es algo que viene con la edad». Acerca de realizar escenas sexuales con Peris-Mencheta, 30 años más joven: «Tiene una cosa animalesca en un físico crudo, bello y repulsivo a la vez. Fue un verdadero placer». Acerca de prepararse para el papel en el sitio real de la historia, el Rancho Mustang, el lupanar en el desierto de Nevada: «Taylor me dijo de pasar una noche allí y yo le dije: «lee mis labios, no pienso pasar la noche en un prostíbulo».Pero pasé días allí con las chicas y en seguida te acostumbras a manejar penes y esposas con plumas. Fue fácil».

Y sorpresas que le da la vida: «Estando allí con las prostitutas, descubrí que muchas de ellas habián sido enfermeras. No me extrañó: una enfermera está familiarizada al máximo con el cuerpo humano. Y no digamos con sus funciones y fluídos…» Mirren sabe que ha sido descubierta recientemente por una nueva generación aunque lleva medio siglo de sublimidad a toda prueba. Acaba de estrenar en nuestros cines «La última estación» y se prepara para ser la «mayordoma» de Russell Brand en «Arthur, el soltero de oro». De entre las nuevas artistas, no duda en elegir: Madonna, Scarlett Johansson y, desde luego, Lady Gaga. «Ella ha elevado el pop al arte de la interpretación, o viceversa. Quizá lo que ha conseguido ha sido una maravillosa amalgama de ambos. Por muchos años, dame Helen Mirren, nacida Yliena Vasylievna, tataranieta de la condesa Lydia Kaminsky y orgullosa sucesora de una estirpe de nobles, militares y diplomáticos rusos.