Está acusada de robo, destrozo en un apartamento y falso testimonio

Ahora que ha conseguido el reconocimiento de la crítica como un director «bona fide» por «The Town. ciudad de ladrons», Ben Affleck bien podría basar su próxima película como director en el caso de una de sus actrices de su «ópera prima», «Adiós pequeña, adiós» («Gone baby Gone»). En aquel film de 2007 era Dottie, una chica de lenguaje duro y veloz. Pues bien y según la agencia Associated Press, hace unos días en Boston, Quigg fue detenida junto a un hombre no identificado, por entrar en el apartamento de un vecino y robar varias de sus pertenencias. Cogidos «in flagrante delito», es decir, con las manos en la masa, la actriz identificó al ladrón como un hombre de raza negra.

La policía recibió una llamada anónima en el barrio de Quincy y procedió a detener en la calle a Quigg y a un hombre que más tarde fue reconocido como Georgios Kesknidis, de 28 años. Quigg, de 35, confesó a la policía haber visto a un hombre de raza negra correr con una televisión plana de 32 pulgadas y una impresora de ordenador. Una vez en su apartamento, los agentes descubrieron el susodicho material robado y procedieron a detenerla, acusándola de entrada a la fuerza en un apartamento, causar notables destrozos en el mismo, elevar falsa acusación implicando elementos racistas y robo. Ella, se declaró, con todo el morro, inocente. Como Randy Quaid, vaya.

Quigg inmediatamente contrató al abogado William Keener -al que no se sabe si pagará, visto el caso- que declaró que su defendida es inocente, aunque no respondió a pregunta alguna. Se ignora si Kesknidis tiene alguna defensa. La pareja, en principio, debe de afrontar el pago de una multa de 250 dólares.