CON GUILLERMO FRACELLA, NICOLÁS CABRÉ Y AMAIA SALAMANCA, LA PELÍCULA MUESTRA LAS CONSECUENCIAS DE UN ROBO DE JOYAS QUE PERTENECIERON A EVA PERÓN EN EL MADRID DE 1956

Eduard Cortés rueda «Atraco» en los estudios de la Ciudad de la Luz de Alicante. Se trata de un thriller de trasfondo político basado en hechos reales, cuando en 1956 un comando peronista que se desplaza a Madrid para recuperar unas joyas empeñadas de Eva Perón, que protagonizan Guillermo Francella («El secreto de sus ojos»), Nicolás Cabré, Amaia Salamanca, Jordi Martínez, Oscar Jaenada y Daniel Fanego entre otros.

La historia se centra en el mes de mayo de 1956. Un atraco sacude las plácidas aguas de la realidad española: dos hombres armados hasta los dientes y vestidos de militares asaltan una importante joyería en la Gran Vía. Logran llevarse piezas valoradas en millones, pero uno de los atracadores resulta herido por el mismísimo joyero. Los diarios llenan páginas: no ha habido un golpe semejante en más de veinte años -digno de una película, dicen los medios. De inmediato se desata una cacería que culmina con la caída de estos dos hombres, que resultan ser argentinos. El botín es recuperado, a excepción de un lote de misteriosas joyas sobre el que los ladrones nada quieren decir. La vigencia de la Ley de Bandidaje y Terrorismo hace que se los juzgue rápidamente, y mediante una corte militar. Son sentenciados de la manera más expeditiva a casi veinticinco años de prisión, que pasan a purgar en el penal de Santa María. Allí se los somete a un sistema de aislamiento: no pueden hablar ni recibir a nadie. La historia parece acabar en ese agujero. Pero en realidad, tan sólo acaba de empezar.
La película mostrará como lo que parecía un simple atraco profesional empieza a desvelar capas de información oculta. ¿Cuál es la vinculación de estos dos hombres con un General argentino exiliado en Panamá? ¿Existe alguna ligazón de causalidad entre el atraco y la visita a la joyería que Doña Carmen Polo de Franco realizó pocos días atrás? A medida que la investigación policial avanza, el relato ahonda en la trama secreta y en la historia de esos dos hombres misteriosos que, aun encerrados en lo más recóndito del penal del Puerto de Santa María, constituyen una amenaza no sólo para el futuro del General argentino, sino también para el régimen del Generalísimo Franco.
El guión lo firman Pedro Costa, Marcelo Figueras y Piti Español. Según Eduard Cortés, esta historia «es un excelente punto de partida para realizar una película de género, llena de matices y giros inesperados. Una película de personajes originales y sorprendentes. Y con el atractivo adicional, y nada insustancial, de reconstruir una época apasionante: los años cincuenta”. La película es una coproducción entre Argentina y España, con Pedro Costa y Gerardo Herrero como productores españoles.