El conflicto legal entre el productor Paulo Branco y el director Terry Gilliam por lo derechos de su anterior proyecto, no tienen nada que ver con la propiedad de los derechos de la cinta, rodada el pasado verano en España

«El hombre que mató a don Quijote», del británico Terry Gilliam, que protagonizan Adam Driver, Jonathan Pryce y Olga Kurylenko será la película que clausure el Frestival de Cannes 2018. La proyección se llevará a cabo el sábado 19 de mayo después de la ceremonia de clausura y la película será estrenada en Francia el mismo día.

La película que tuvo múltiples problemas en un primer intento de rodaje, sigue generando problemas una vez finalizada. Los productores españoles de la película, un clásico cuento de fantasía y aventuras inspirado en el legendario caballero creado por Miguel de Cervantes, aseguran que el conflicto legal entre el productor Paulo Branco y el director Terry Gilliam, por lo derechos de su anterior proyecto, no tienen nada que ver con la propiedad de los derechos de la cinta, rodada el pasado verano en España.

Los productores Gerardo Herrero y Mariela Besuievsky aseguraron en un comunicado que la noticia «lanzada por el productor que abandonó la película antes de comenzarla, por no encontrar la financiación, son totalmente falsas. «Los derechos son de los actuales productores, que han terminado esta gran película. Ningún tribunal ha dictaminado que esta producción no se pueda estrenar. Lo que debemos celebrar es la calidad de la película, festejar que en breve el público podrá disfrutarla y que Don Quijote sigue vivo y cabalgando», apuntan.

Herrero y Besuievsky explican que «contrariamente a las acusaciones vertidas por el productor Paulo Branco, la película de Terry Gilliam no está bloqueada de ninguna manera. No existe una decisión judicial a este efecto». «La disputa por incumplimiento contractual de Paulo Branco con el señor Terry Gilliam será resuelta por el Tribunal de Apelaciones de París el 15 de junio».

Por ello añaden en el comunicado que «la campaña de prensa orquestada por Paulo Branco es un medio para tratar de extorsionar a los productores y parece coincidir con la presentación inminente de la película en festivales de prestigio, ejerciendo así una presión que favorezca dicha maniobra de intimidación».