La exposición se prolonga hasta el 27 de marzo en el Fotomuseum de La Haya

En reproducciones de gran formato se mostrarán retratos que realizó en su esudio neoyorquino de amigos y familiares. Muchas polaroids se presentan en blanco y negro o sepia, colores que les confieren un tono entre nostálgico y romántico.

Uno de los pintores más dinámicos en los 80 del SoHo neoyorquino, se lanzó con notable éxito a la dirección cinematográfica con «Basquiat», retrato de amigo el pintor Jean Michel Basquiat muerto prematuramente (1996) y «La escafandra y la mariposa» («The Diving Bell and the Butterfly», 2007), un gran éxito artístico y personal para él y su protagonista, Matthieu Amalric.

Fue entre los años 2002 a 2006, cuando Schnabel fotografió a todos los que le rodeaban con una cámara Polaroid de los años 70. Las expuestas muestran un tamaño entre los 50 y los 60 centímetros. Son notables los retratos de sus amigos Lou Reed, Christopher Walken o Mickey Rourke, precirugía. También sus autorretratos. En aquellos años, fotografiar con una Polaroid, se consideraba un arte en estado puro. Cada pieza era única e irrepetible. Entonces, no era posible el photoshop ni la habitación oscura.

Schnabel ha confesado que esta obra le ha permitido reflexionar existencialmente sobre la vida y la muerte. Entre los deparecidos, su padre y su mejor amigo, Tucker Geery, que regresan al presente desde el más allá. Esta exposición está comisariada por Petra Giloy-Hirtz y participada por Chroma Fotografía, con sede en Madrid y la galería muniquesa Bernheimer Fine Art Photography. La muestra se acompaña de un voluminoso catálogo, a la venta por 39.95 euros. El Fotomusem se encuentra en la calle Stadhouderslaan 43, de la capital holandesa.