La función, con Ariadna Gil y Abel Folk al frente del reparto, triunfa en el escenario de Gràcia del coliseo barcelonés

El Teatre Lliure de Barcelona en su escenario de Gràcia, rinde homenaje a la británica Charlotte Brontë con motivo del segundo centenario de su nacimiento., con el estreno de «Jane Eyre: una autobiografía», uno de sus textos más destacados. Carme Portaceli es la directora de un montaje que cuenta con las interpretaciones de Ariadna Gil y Abel Folk en los papeles protagonistas.

«Jane Eyre» es una novela clave del Romanticismo. Dentro de la corriente literaria en la que se encuadra, refleja los deseos de libertad y la apuesta por los sentimientos. El amor, la diferencia arbitraria entre clases sociales o el papel de la mujer en el mundo son algunos de los elementos que forman parte de la producción de Charlotte Brontë y que adquieren una relevancia esencial en una de sus piezas más reconocidas, protagonizada por una de las grandes heroínas románticas.

También cuenta una gran historia de amor que sólo se podrá vivir cuando los dos protagonistas estén de igual a igual, cuando el amor no sea una cárcel, sino un acto de libertad.

La novela fue escrita en 1847 y publicada bajo el seudónimo de Currer Bell. Probablemente, ni Charlotte ni sus hermanas Emily y Anne habrían logrado el reconocimiento que alcanzaron si hubieran intentado usar su nombre real.

Ariadna Gil y Abel Folk se suben a las tablas en compañía de actores como Jordi Collet, Gabriela Flores, Alba Haro, Pepa López, Joan Negrié, Clara Peya, Laia Vallès y Magda Puig. Carme Portaceli es la directora escénica de un montaje en el que también participan Anna Alcubierre (espacio escénico), Antonio Belart (vestuario), Toni Santos (caracterización), Ignasi Camprodon (iluminación), Ferran Carvajal (movimiento y coreografía), Eugenio Szwarcer (audiovisuales), Igor Pinto (sonido) y Clara Peya (música original).

«Lo más fantástico de este personaje y de esta novela es el hecho que Jane Eyre, desde su nacimiento y sin tener unas circunstancias que la lleven a ser de este modo, tiene en su interior el instinto de superación más impresionante que jamás haya leído. Ya en el internado de pobres, donde la envían para sacársela de encima porque ya se enfrentaba a la injusticia desde muy pequeña, ella percibe su incapacidad por dejarse maltratar en ninguna de las vertientes en las que el maltrato pudiera disfrazarse. Jane le pregunta a su amiga Helen por qué se deja castigar de este modo. Helen le responde que ella está ahí para recibir una educación y que esto forma parte de la conquista de este gran objetivo. Y Jane dice «no sería capaz de soportar esta humillación, yo no lo perdonaría. Si todos obedeciéramos y fuéramos amables con los que son crueles e injustos, ellos nunca nos tendrían miedo y serían cada vez más malos. Si nos pegan sin razón tenemos la obligación de devolver el golpe, estoy segura, y con fuerza, para dejar claro a los que lo hacen que no lo pueden repetir”, dice Carme Portaceli.

«Jane Eyre: una autobiografía» se estrenó en el escenario de Gràcia del Teatre Lliure de Barcelona el pasado 23 de febrero, y permanecerá hasta el 26 de marzo. El domingo 5 de marzo tendrá lugar un encuentro con el público asistente al terminar la representación.