SERGIO PERIS-MENCHETA ENCABEZA EL ELENCO DE UNA FUNCIÓN SOBRE LA DETERMINACIÓN DEL DESTINO Y LA RESPONSABILIDAD DE UN MONARCA ANTE SU PUEBLO

«La cisma de Inglaterra» una obra de juventud de Calderón de la Barca, lleva este viernes 27 al Teatro Pavón de Madrid de la mano de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. En la obra residen muchos de los temas capitales del autor, como la determinación del destino propia del neoestoicismo frente al libre albedrío que defiende Calderón, la responsabilidad de un monarca ante su pueblo, y la importancia de obrar bien más allá de los intereses individuales.

En el elenco figuran (Sergio Peris-Mencheta como Enrique VIII), Joaquín Notario, Sergio Otegui, Chema de Miguel, Pedro Almagro, Emilio Gavira, Pepa Pedroche (Reina Catalina), Natalia Huarte, Mamen Camacho (Anna Bolena), María José Alfonso, Anabel Maurin, Alejandro Navamuel y Antonio Albujer. La dirección corre a cargo de Ignacio García a partir de una versión de Jose Gabriel López Antuñano.

¿Qué responsabilidad tiene un monarca frente al pueblo que gobierna? ¿Qué sucede cuando la máxima institución del Estado antepone sus deseos o intereses a los de su nación? ¿O cuando está mal asesorado por sus consejeros? ¿Qué espiral de caos, de violencia y de desorientación puede proyectar la corona sobre la Corte y el Estado entero? ¿Cuántas víctimas pueden quedar como rastro de un infame reinado? Estas, a pesar de su elocuente actualidad, son algunas de las preguntas que Calderón plantea en este drama.

Bajo el aspecto de un conflicto teológico sobre la ruptura de la iglesia anglicana y con la aparente forma de un drama histórico, adecuadamente adulterado por Calderón para sus propósitos propagandísticos, lo que aflora es un drama humano de dimensiones titánicas. Un hombre en constante huida hacia adelante de sus propias contradicciones y dudas, una víctima de su pasión y su lujuria, provoca un cataclismo político, religioso y humano en una corte que se desnorta con su pérdida. Enrique es víctima y verdugo de su reino.

«La cisma de Inglaterra» es un texto prolijamente estudiado en su aspecto literario pero olvidado, como tantos, fuera del canon y del repertorio habitual, condenado al destierro de los escenarios. Gracias al CNTC y a su coraje vuelve ahora al territorio que le pertenece.