El certamen proyectará una versión restaurada de «El caso Mattei» en 31 de agosto, tras la entrega del galardón al director italiano

El cineasta italiano Francesco Rosi, que en noviembre cumplirá 90 años, director de títulos como «Salvatore Guiliano», «Las manos sobre la ciudad» o «El caso Mattei», recibirá el León de Oro honorífico, en reconocimiento a su trayectoria profesional, en el 69º Festival de Cine de Venecia, que se celebrará del 29 de agosto al 8 de septiembre.

Francesco Rosi (Nápoles, 1922) estudió derecho, y debutó en el cine como asistente de Luchino Visconti en «La terra trema» en 1948. Realizó su debú como director con el filme «Camicie rosse» en 1952, y logró su primer gran éxito con la película «El desafío», en 1958, con la que obtuvo el premio especial del jurado en el Festival de Cine de Venecia.
Considerado un símbolo del cine italiano comprometido socialmente, con «Salvatore Giuliano» ganó el Oso de Plata a la mejor dirección en el Festival de Cine de Berlín en 1962, y con «Las manos sobre la ciudad», el León de Oro en la Mostra veneciana en 1963. En los 70 dirigió otras grandes obras como «El caso Mattei», con la que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes de 1972; «Lucky Luciano» en 1973; «Excelentísimos cadáveres» en 1976; o «Cristo se paró en el Eboli» en 1979, con la que ganó el BAFTA británico a la mejor película en lengua extranjera cuatro años más tarde. Su último filme ha sido «La tregua», dirigido en 1997.
Francesco Rosi, que en 2008 ya recibió el Oso de Oro honorífico en la Berlinale, sumará ahora a su palmarés el León de Oro honorífico. Lo recibirá el 31 de agosto, durante una jornada en la que se proyectará la versión restaurada de «El caso Mattei». Rosi se ha mostrado «honrado y muy feliz por recibir este reconocimiento extremadamente prestigioso, que ha sido concedido anteriormente a muchos grandes autores que amo y admiro».
Alberto Barbera, nuevo director de La Mostra, en sustitución de Marco Müller, explica que «con una larga aunque no muy prolífica carrera, Rosi ha dejado una señal indeleble en la historia del cine italiano tras la II Guerra Mundial. Su trabajo ha influido en generaciones de cineastas en todo el mundo por el método, el estilo, el rigor moral y la capacidad para llevar temas sociales urgentes a la pantalla». Y agrega que «con una larga aunque no muy prolífica carrera, Rosi ha dejado una señal indeleble en la historia del cine italiano de la posguerra. Su obra ha influido en generaciones de cineastas en todo el mundo por el método, el estilo, el rigor moral y la capacidad de hacer espectáculo sobre temas sociales de premiosa actualidad. Por esa razón ha sido repetidamente relacionado con el neorrealismo de la primera época de la posguerra e indicado como el padre noble de esa facción del cine comprometido que marcó en particular los años sesenta y setenta de nuestra producción nacional», destaca Barbera.