LA ACTRIZ RECUPERA UN PERSONAJE DE UNA MUJER EN EDAD CRÍTICA ENFERMA DE SOLEDAD Y TRISTEZA

Un par de generaciones de hombres se lo piensan dos veces antes de echar una canita al aire desde que se estrenó la tremebunda «Atracción Fatal» (Adrian Lyne, 1987). Su protagonista, la actriz de poderosa personalidad y quijada Glenn Close (Greenwich, Connecticut, 1947) consiguió uno de los grandes triunfos de su brillante carrera e, inusitadamente, Michael Douglas y su papada se convirtieron un en sex symbol más tarde refrendado por «Instinto Básico», del holandés Paul Verhoeven.

La película se basó en una pieza teatral original de James Dearden y ahora, a iniciativa de Close, regresará a su orígen en las tablas, concretamente en el West End londinense a finales de año.

Close volverá a ser la alta ejecutiva a la que le confunde la noche y cree ver una historia de amor donde sólo hubo una noche loca. El film del británico Lyne quedó fijado en las retinas de los espectadores de todo el mundo, sobre todo por dos escenas: aquella en la que se sugiere que la vengativa Alex ha hervido al conejito mascota de la hija pequeña de Dan Gallagher (Douglas) en un pero hirviente y aquella en la que la mujer del protagonista, Beth Gallagher (Anne Archer) acaba con la vida de la acosadora de unos certeros tiros bien disparados en un cuarto de baño.

Pero, Close, espléndida a sus 63 años, quiere recuperar el original en el que la enajenada dama no moría en un acto de justicia familiar. El monstruo Forrest no lo es tanto, sino más bien una mujer en una edad crítica enferma de soledad y tristeza. Y no habrá muerte brutal en la bañera. El propio Dearden va a poner al día suobra y se vivirá sin duda un «revival» de una película que en los 80 hizo nada menos que 350 millones de dólares de taquilla, mereció seis nominaciones a los Oscar y provocó los quejidos mundiales de las feministas más enardecidas. La obra será producida por el eminente Robert Fox, hermano de los actores James y Edward Fox.

Todavía se ignora quién dará la réplica a la formidable Close en el rol de Dan Gallagher, el felizmente casado abogado de éxito de Nueva York, que ve su vida arruinada tras una noche de pasión con su colega. Forrest se convierte en una enloquecida obsesivamente dedicada a perseguir al Romeo neoyorquino y acorralarle. En una votación popular hace años, el de Alex Forrest fue elegido uno de los 10 mejores villanos de la Historia del Cine. Sin embargo, los movimientos feministas odiaron y atacaron duramente la película. En su libro, «Backlash», la escritora Susan Faludi escribió: «Hollywood ha capitalizado la siniestra historia de un hombre que convierte a una mujer de éxito en una ponzoñosa harpía».

Glenn Close ha reconocido en varias entrevistas que aquella película afectó a parejas de todo el mundo. En sus palabras: «hubo hombres que se me acercaban y me decían «me cagué de miedo viendo la película». A veces, llegaban otros que me confesaban «esa película ha salvado mi matrimonio». Ayer, en el diario británico The Observer, James Dearden confirmó que el asunto del conejito mascota hervido se mantendrá. Y añadió: «estoy seguro de que si lo elimino, el público pedirá que le devuelvan el dinero de la entrada».