Periodista y cineasta, fue héroe de la resistencia francesa y dirigió el aclamado documental de casi 10 horas sobre el Holocausto

A los 92 años ha fallecido este 5 de julio en París el mítico cineasta francés Claude Lanzmann, cuyo gran legado, la gran obra de su vida, fue «Shoah», un documental de visión obligada para no olvidar los horrores del Holocausto. película de casi 10 horas, en cinco partes, calificada como una de las películas más nobles jamás filmadas. Ganó varios premios, como el de mejor documental de la Asociación de Críticos de Nueva York y el BAFTA en la misma categoría, ambos en 1986.

Lanzmann había nacido el 27 de noviembre de 1925 en París. Periodista y guionista con inclinaciones por la filosofía, incursionó en el cine cuando ya había pasado los 40 años. Antes, fue militante juvenil comunista y un héroe de la resistencia francesa. Estudió filosofía y era lector en la Universidad Libre de Berlín. Como periodista viajó a China y Corea y luchó en la guerra de independencia de Argelia. Amigo del legendario filósofo Jean-Paul Sartre, mantuvo una relación de siete años con Simone de Beauvoir. Y dirigió la revista Les Temps Modernes desde la muerte de la escritora feminista.

Como cineasta, debutó con «Por qué Israel» (1972). Se lanzó luego en la epopeya de la «Shoah», con un rodaje de 12 años. «Dominaba el tiempo», explicó respecto a esta obra maestra, realizada sin imágenes de archivo. Con una duración de 9 horas y 30 minutos, mezclando filmaciones de los lugares donde ocurrió, testimonios de sobrevivientes y reconstrucciones dramáticas, «Shoah» fue el intento de Lanzmann de abarcar el Holocausto creando una forma nueva ante la imposibilidad de representar el horror.

Realizó además, entre otros, filmes «Tsahal» (1994), «Sobibor, 14 de octubre de 1943, 16 horas» (1997), «El informe Karski» (2010) y «El último de los injustos» (2013): varias de estas obras fueron realizadas a partir de las 340 horas de grabación no utilizadas en «Shoah». El año pasado tuvo su última incursión en el mundo del cine cuando presentó en el festival de Cannes, fuera de concurso, la película documental «Napalm», para la que viajó en 2004 y 2005 a Corea del Norte.