Participó en películas de la fama de «El Cid» o «Doctor Zhivago» y trabajó con directores como George Cukor, Stanley Kubrick, David Lean, Richard Lester, Orson Welles o Anthony Mann

El director artístico Manuel Gil Parrondo y Rico, ganador de dos Óscar por su trabajo en «Patton» (1970) y «Nicolas y Alejandra» (1971) y conocido por participar en películas como «Lawrence de Arabia», «El Cid», «55 días en Pekín» o «Doctor Zhivago», y casi todas las de José Luis Garci ha fallecido este 24 de diciembre en Madrid a los 95 años

Nacido el 17 de junio en 1921 en Luarca (Asturias), comenzó a trabajar como ayudante de decoración en 1939 y en 1951 asumió la dirección artística de la película «Día tras día», de Antonio del Amo, e inició una prolífica etapa para luego trabajar en diversas producciones estadounidenses que se rodaban en España.: «Alejandro Magno», de Robert Rossen y «Orgullo y pasión», de Stanley Kramer; y seguidamente a las grandes producciones de Samuel Bronston: «55 días en Pekín» y «Rey de reyes», de Nicholas Ray; «El Cid» y «La caída del Imperio Romano», de Anthony Mann y «El fabuloso mundo del circo», de Henry Hathaway, en las que el departamento de arte adquiere una relevancia inusitada.

Colabora en «Lawrence de Arabia» y «Doctor Zhivago» y en 1970 y 1971 obtiene sendos Óscar de Hollywood por la decoración de «Patton» y «Nicolás y Alejandra», dirigidas por Franklin J. Schaffner. En 1972 logra una tercera nominación por «Viajes con mi tía», de George Cukor.

Asimismo, Gil Parrondo se encargó de la dirección artística de casi todas las películas de José Luis Garci, desde «Volver a empezar», director con el que logra cuatro Premios Goya de un total de ocho candidaturas, y trabajó con otros directores españoles como Jaime Chávarri o Pilar Miró, además de en series de televisión como «Los desastres de la guerra», de Mario Camus; «Anillos de oro», de Pedro Masó y «La Regenta», de Fernando Méndez-Leite.

Otros trabajos destacados son: «El viento y el león», de John Milius; «Robin y Marian», de Richard Lester; «Los niños del Brasil», de Schaffner; «Bearn o La sala de las muñecas» y «Las bicicletas son para el verano», de Jaime Chávarri; «Werther» y «Tu nombre envenena mis sueños», de Pilar Miró.

En teatro montó las escenografías, entre otras, de «Arsénico y encaje antiguo» (1987), «Tres sombreros de copa» (1992) y «Traidor, inconfeso y mártir» (1993), ambas en el Teatro Español de Madrid.

Aseguraba que él no había hecho películas «ni buenas ni malas» y achacaba su participación en películas como «El retorno de los mosqueteros», de Richard Lester, o su trabajo con actores de la talla de John Huston, Ava Gadner y Charlon Heston a su «buena suerte, además de algo de trabajo».