UNA COMEDIA MORALIZANTE DE JUAN RUIZ DE ALARCÓN A CARGO DE LA COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO CLÁSICO

«La verdad sospechosa», una comedia de Juan Ruiz de Alarcón, que cuenta con dirección de Helena Pimienta a partir de la adaptación de Fernando García May a cargo de la Compañía Nacional de teatro Clásico llega este viernes 23 y sábado 24 al Teatro Jovellanos de Gijón.

La obra, protagonizada por Fernando Sansegundo, Joaquín Notario y Rafa Castejón, critica la frivolidad de la Corte Española del siglo XVII a través de las andanzas de un embustero que acaba creyéndose sus propias mentiras creadas para conquistar a una dama.
«La verdad sospechosa» fue estrenada por la Compañía Nacional de Teatro Clásico en el Teatro Pavón de Madrid el pasado septiempre, iniciando después una gira que ha llevado la función a Sevilla, Coruña, Bilbao, Logroño o Valladolid. Tras su paso por Gijón la obra se podrá ver en Santander (Palacio de Festivales): 30 – 31 de mayo, para viajar después a Mexico DF (Teatro Bellas Artes) en el mes de julio.
«La verdad sospechosa» es la gran creación dramática de Juan Ruiz de Alarcón y una de las obras maestras de nuestro teatro. Se publica en 1630 atribuida a Lope de Vega, pero años más tarde aparece ya incluida en la segunda parte de comedias de Ruiz de Alarcón. Enredo amoroso y didactismo son dos ingredientes fundamentales de esta comedia seria articulada en torno a la figura de su protagonista, el mentiroso Don García. Su desbordante imaginación, que le lleva a creerse las fábulas que él mismo construye, y la no menos falsa, aunque no tan llamativa, actitud de los que le rodean, dotan a la obra de una atmósfera imprevisible que se mueve en un presente continuo, en el que se hace difícil distinguir la verdad. El autor pretendía contribuir con esta comedia moralizante a reformar las costumbres de una sociedad habituada al lujo de la Corte y a la frivolidad, empeño en el que se hallaba la dinastía austriaca del primer tercio del XVII. Una sociedad en la que el honor heredado se contraponía al honor nacido del propio valor personal.
La mentira siempre tiene sus razones y, más allá de lo que llamamos mentiras piadosas, su objetivo es siempre sacar ventaja. Nos divierte y hasta nos enternece este trapacero, nos hacen reír o sonreír los sucesivos errores de interpretación y equivocaciones, nos hace reflexionar sobre el mundo ilusorio en el que viven los personajes de esta comedia irónica llena de hondura, tan alejado de la verdad y, por tanto, de la libertad.