El presidente norteamericano visita Los Angeles y es apoyado por numerosos actores

La presidencia de Barak Obama, que empezó de forma tan brillante que todos esperaban un nuevo Camelot, vive sus horas más bajas. Los conservadores del ala demócrata han mostrado su descontento por su apoyo hacia el matrimonio gay, los musulmanes norteamericanos han manifestado dudar de darle sus votos, la portada del respetadísimo semanario alemán Der Spiegel, con él mandatorio en portada, proclama «La desastrosa presidencia», en Los Angeles Times, hoy, subrayan que los pensionistas no se creen aquello de que la economía se está recuperando…

Pero siempre está Hollywood y sus estrellas liberales, a excepción de Bruce Willis. Angelina Jolie y Brad Pitt son un apoyo incondicional, habiendo sido invitados a la Casa Blanca a cenar en privado. George Clooney es casi un pariente de Kentucky para el presidente hawaiiano. Sofia Vergara, Meryl Streep, Will Ferrell, Glenn Close y la desgraciada Lindsay Lohan le han manifestado públicamente su ayuda. Ahora les ha llegado el turno a la incombustible Julia Roberts y la muy embarazada Reese Whitherspoon.

El presidente llegó a la ciudad de Los Angeles, concretamente al barrio de los millonarios Beverly Hills, para presidir un evento de cara a lograr fondos para la campaña electoral. El avión Number 1 llegó al aeropuerto de LAX antes de las 17:00 y se escapó a realizar una visita al Consejo de Liderazgo LGBT, en el hotel Beverly Wilshire, en un acto presentado por la «anchorwoman» del momento, Ellen DeGeneres. La ceremonia se abrió con cuatro piezas interpretadas por la alegre muchachada de la serie televisiva «Glee».

Más testigos, Cher y su hijo, el transexual Chaz Bono (La ex Chastity elegido Hombre del Año por una asociación gay). Y de la serie más puntera, «Modern Family», los actores Jesse Tyler Ferguson y George Takei. Obama se dirigió a la multitud de celebridades elevada al número de 600: «Lo que hace a América una nación excepcional es que logramos cristalizar las palabras del doctor King, el arco del universo moral que lleva a la justicia». Después, el marido de Michelle Obama -que acaba de publicar un libro sobre el huerto que ha creado en los jardines de la Casa Blanca- se dirigió hacia una fiesta más exclusiva dirigida por el creador de «Glee» Ryan Murphy en su mansión de Beverly Hills.
Julia Roberts y su marido Danny Moroder, Jane Lynch y su esposa, así como la embarazadísima Reese Whitherspoon le esperaban en pie. También, el mandamás de la excelente cadena de cable HBO, Michael Lombardo. En los jardines y alrededor de una gran fuente iluminada, se extendían mesas con ocho invitados. ¿Los precios? ¡Carísimos! Cada pareja abonó 40.000 $. El presidente abandonó la meca del cine al día siguiente tras el desayuno. Ahora va más sobrado para continuar la carrera electoral versus Romney.