La película ha levantado el telón de la 64 edición de la Seminci

El estreno mundial de la película española «Intemperie», de Benito Zambrano, ha levantado el telón de la 64 Semana Internacional de Cine de Valladolid y ha abierto la competición de la Sección Oficial. La película, adaptación de la novela homónima de Jesús Carrasco, ha traído al Festival a una nutrida representación para arropar su primera proyección.

Así, la rueda de prensa posterior al pase de prensa del filme ha contado con la participación del propio director, Benito Zambrano, acompañado de los actores Luis Tosar (pastor), Jaime López (niño), Luis Callejo (comisario) y Vicente Romero (mano derecha del comisario), y de los productores Juan Gordon y Pedro Uriol.

Este último explicaba cómo lograron hacerse con los derechos para rodar «Intemperie», la historia de un niño que huye a través de un campo desértico de su abusador y, en el camino, encuentra la amistad y ayuda de un pastor: «Era un libro muy perseguido por las productoras, y nosotros le explicamos a Jesús Carrasco cómo queríamos hacer el proyecto. Él quería estar muy seguro de en qué manos quedaba. Nos trasladó que entendía que el proyecto cinematográfico era un proyecto aparte, así que realmente no leyó ninguna reescritura del guion, hasta que estuvo terminado, y se mostró satisfecho».

Así, con el guion literario ya adaptado, es como le llegó a Benito Zambrano por parte de los productores. Solo faltaba su enfoque de cara al rodaje. «Conecté inmediatamente con la propuesta, empezando por el hecho de que se podía desarrollar perfectamente en la campiña andaluza y sus cortijos, un entorno muy relacionado con mi infancia. Cuando lo leí ya solo me quedaba hacer mío el guion».

Para productores y director, la historia que cuenta «Intemperie» es relativamente simple. Según Juan Gordon, «la novela tiene elementos que son el sueño de cualquier productor: un hombre derrotado por su entorno y por los años de fuera que decide vivir al margen de ese entorno y de la sociedad, y un niño necesitado de ayuda que huye». Zambrano, por su parte, la ha definido como «una pelea entre el bien y el mal».

Queda claro quiénes son los buenos, los malos y los miserables que deben soportar los abusos de quienes pueden abusar de ellos. Luis Callejo, el detestable capataz que persigue sin tregua al niño huido, ha sido explícito: «Bajo la sobriedad de mi personaje, he disfrutado muchísimo haciéndolo, pero no me he podido inspirar en nadie que conozca porque no conozco a nadie tan hijo de puta».

Luis Tosar, el buen pastor, remarcó cómo el niño (Jaime López) le ayuda a mantener la esperanza en la condición humana: «La película habla de cómo luchar contra el odio, y la aparición del chico es una postrera luz en la vida del pastor».

«Te queda demasiada vida por delante para que te la pases odiando» es una de las lapidarias sentencias con las que el pastor trata de rescatar lo mejor del chico. Una frase que, según el propio Zambrano, «nos las creemos cuando las vemos en películas americana; en las españolas siempre parecen estar fura de sitio, y solo con un actor como Tosar puedes arriesgarte a incluirlas. En la novela están, pero en un filme no tenemos las palabras ni 200 páginas para escribirlas, solo la mirada y la voz de los personajes».