Una mirada a los voluntarios que acudieron a limpiar las costas gallegas de chapapote en 2002

Isabel Coixet, ganadora del Goya al mejor documental con «Escuchando al juez Garzón», reincide en el género con una mirada al desastre del Prestige en 2002, a través de los miles de voluntarios que acudieron a limbiar las costas de Galicia del chapapote y marea negra provocada por el petrolero hundido.

Este es el tercer documental de Isabel Coixet, que antes de «Escuchando al juez Garzón» ya había rodado el mediometraje «Aral, the lost sea», presentado en el Festival de San Sebastián de 2011 y que ahora se estrena en Estados Unidos dentro del Festival de Cine Medioambiental de Washington y de la mano del programa cultural de la Embajada española en EEUU, Spain Arts & Culture, en torno a la progresiva desaparición de este mar entre Kazajistán y Uzbekistán: «Una conjunción de problemas medioambientales y de errores políticos», ya que, tras el desastre ecológico, latía la decisión de desviar dos ríos y primar el cultivo del algodón.
La directoa explica su actual trabajo: «Es una historia sobre los voluntarios del Prestige, pero es imposible hablar de ello sin relatar los errores políticos de alejar el barco de la costa sin haber escuchado voces con experiencia y sentido común que decían que debía acercarse». Y añade: «Las cosas deben recordarse», encontrando en el documental una forma de «estar en contacto con la realidad sin toda la artificialidad que implica un gran rodaje». Para Coixet este género permite «incorporar todo lo que la sociedad está viviendo, el fin del Estado del bienestar y de cosas que se daban por hecho hasta ahora». De momento, en Galicia, esta semana entrevistó a un asiático que llegó a España para hacer de voluntario en la crisis del Prestige de 2002 y se quedó a vivir en el país.
En su agenda, la directora tiene en preparación tres historias de ficción, entre ellas una ambientada en la británica ciudad de Cardiff que se titulará «Panda eyes», y otra llamada «Marburg», a partir de la obra de teatro homónima de Guilllem Clua, que quiere rodar este año con un reparto internacional.