Se representa en el Teatro Fernán Gómez de Madrid, protagonizado por una magnífica Victoria Vera

Javier Villán, como hizo el capitán Alatriste, se ha ido a pasear con los clásicos. Javier Villán es un pura sangre de la crítica teatral, el último superviviente -también era de los más jóvenes- de una extraordinaria generación de críticos de teatro, influyentes y malvados, poderosos y buenos prosistas, sabios siempre: Eduardo Haro Tecglen, Lorenzo López Sancho, Moisés Pérez Coterillo o Ángel Fernández Santos. Pero Villán, decíamos, ahora camina Recoletos arriba cogido del brazo de Quevedo, como Alatriste, los dos hablando de España. Con dolor, claro.

Villán, con dirección escénica de Ramón Fontseré, ha puesto en pie el espectáculo «Que trata de España», protagonizado por una sensacional Victoria Vera, maja que fue desnuda y ahora aparece vestida y en gran actriz. Un homenaje a la palabra, y a España, y a los símbolos españoles: «el toro tiene hermosura de pueblo”.
Javier Villán ha seleccionado poemas de 16 escritores, de numerosas comunidades, que hablan de España. Palabra de poetas. Palabras acompañadas de flamenco -Antorrín Heredia, «El Persa» y Juan Ramírez-. Este espectáculo se representa del dos al seis de octubre en el Teatro Fernán Gómez, de Madrid, y luego está previsto que inicie una gira por Castilla y León.
Victoria Vera, muy goyesca, pone voz y gesto desgarrado a los versos de Quevedo, Alberti, Max Aub, Miguel Hernández, Antonio Machado, Salvador Espriú, Blas de Otero, Gabriel de Aresti, Cernuda o Unamuno, entre otros. España ha tenido poetas, pero no políticos, o nunca políticos al nivel de sus poetas, parece decirnos Javier Villán.
Es una función con luz de vela y de Vera. Y con flamenco. La palabra sostiene el espectáculo, sea dicha o cantada. Los poetas: «España, por todos mal comprada y mal vendida”. O bien: «Dónde estás, España? ¿Es tuya eta hierba?”. Y: «España mía, para salvarme y salvarte, con amor te deletreo”.

Nadie ha dicho el verso sobre las tablas de un teatro mejor que el actor Guillermo Marín en varios lustros. Pero Victoria Vera afronta con valentía el reto que le propone Villán. Contaba Francisco Umbral que ella, a veces, posaba su cabeza de melenón rubio sobre el hombro cansado de Rafael Alberti en larguísimas reuniones de artistas y poetas. Es una actriz que enamoró y reenamora. Como sucedió hace unos años con su papel de ‘La decente’, de Miguel Mihura, junto a Manuel Galiana. Magnífica Victoria Vera. Señoras y señores.