EL GALARDÓN, DESTINADO A PREMIAR TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN HISTORIOGRÁFICA SOBRE EL CINE ESPAÑOL, LO RECIBE POR «CINE ESPAÑOL: UNA CRÓNICA VISUAL»

El historiador y cineasta Jesús García de Dueñas recibe este lunes de manos de Eduardo Campoy, presidente en funciones de la Academia de Cine, el Premio «Muñoz Suay», con el que la Academia recompensa los trabajos de investigación historiográfica sobre cine español.

La junta directiva de la Academia de Cine decidió premiar a Jesús García Dueñas, autor de catálogo y comisario de la exposición «Cine español. Una crónica visual», un recorrido por nuestro cine, un siglo de imágenes, sonidos y emociones que se presentó el pasado 8 de octubre en la sede central del Instituto Cervantes y se prorrogó hasta el 15 de febrero.
El Premio, que lleva el nombre de Muñoz Suay, uno de los intelectuales, críticos, cineastas e investigadores más importantes, está destinado a reconocer los mejores trabajos de investigación histórica sobre Cine Español.
«Cine español: una crónica visual», que ha contado con la colaboración de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Egeda, el ICAA y la Fundación Borau, recorre actualmente las sedes del Instituto Cervantes de las principales ciudades del mundo, el 15 de mayo se inaugura en Londres y después irá a Nueva York y Manila.
El catálogo de la exposición arranca con un artículo de José Luis Borau titulado «la larga marcha del cine español hacía sí mismo”. A continuación, García Dueñas comienza con una declaración de intenciones en la que expresa un elogio a un cine «que desde muy antiguo ha estado bajo sospecha de culpabilidad. Ha sido sometido a juicios severísimos…Lleva más de cien años intentando sobrevivir como frágil estructura industrial, gracias al empeño decidido de productores y directores que han tomado como oficio y beneficio semejante disciplina”.
García Dueñas afirma que, a pesar de todo, el cine español goza de buena salud y divide su obra «en dos partes y un intermedio, como si asistiéramos a una sesión de programa doble del tipo de las que disfrutábamos en nuestra lejana adolescencia”.Concluye este trabajo coeditado por Lunwerg, el Instituto Cervantes y la Dirección de Relaciones Culturales y Científicas-Aecid, con un epílogo de Fernando León de Aranoa en el que habla de un cine «con vistas a la calle, que cuenta lo que pasa en las aceras que somos a alguien que adentro, en la penumbra de la habitación, escucha atentamente”.