LA FUNCIÓN LLEGA AL TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE EL SÁBADO 9 DE ENERO DE LA MANO DE MARIO GAS Y ALBERTO IGLESIAS

El próximo sábado 9 de enero, el Teatro Principal de Alicante estrena «Sócrates. Juicio y muerte de un ciudadano», de Mario Gas y Alberto Iglesias, con José María Pou, Carles Canut, Amparo Pamplona, Pep Molina, Borja Espinosa, Guillén Motos y Ramón Pujol en el elenco.

El próximo sábado 9 de enero, el Teatro Principal de Alicante estrena «Sócrates. Juicio y muerte de un ciudadano», de Mario Gas y Alberto Iglesias, con José María Pou, Carles Canut, Amparo Pamplona, Pep Molina, Borja Espinosa, Guillén Motos y Ramón Pujol en el elenco.

La función presenta a Sócrates (José María Pou), que será juzgado y condenado por sus conciudadanos tras haber denunciado la corrupción de Atenas y haber advertido sobre el papel supersticioso y manipulador de la religión oficial. Acusado de despreciar a los dioses y corromper a la juventud, se negó a huir, como le proponían sus discípulos, cuando fue condenado a ingerir una copa de cicuta. Y su muerte acabó convertida en una de las más famosas de la historia.

Se trata de una mirada a uno de los primeros librepensadores de la historia, que desafió con su forma de pensar a gobernantes, religiosos y educadores, que fue estrenada en julio en el pasado Festival de Teatro Clásico de Mérida. Laobra es una coproducción del Festival de Mérida, Grec 2015 Festival de Barcelona y Teatre Romea, que estará en el escenario del Principal de Alicante los días 9 y 10 de enero.

«Este espectáculo también, de alguna manera, es un homenaje al pueblo griego, lo siento así, algunas de las cosas que dice Sócrates encima del escenario acerca de lo que es la democracia, la libertad de los pueblos, etcétera, etcétera, ya lo oiréis, no pueden ser más actuales», ha indicado Pou.

Por su parte Mario Gas ha remarcado que Sócrates puede transmitir al público la «lucha insobornable de un hombre honesto», que cree que de honestidad tanto en la vida privada como en la pública nacen «todas las posibles riquezas» de los ciudadanos de una democracia, así como su actitud «humana pero ética» hasta final y un modo de investigar la «posible verdad» a partir del desconocimiento.