Tras el éxito de «Damsel» que actualmente tiene una estimación de 252 millones de espectadores en Netflix, Juan Carlos Fresnadillo está trabajando en varios proyectos simultáneos para no cerrarse ninguna puerta. Aunque confirmó que tras su paso por el género de fantasía, su próximo film tendrá un cambio de registro.

«Todavía es pronto para decidir, pero me gusta desarrollar varias historias a la vez», declaró el director en una entrevista a Diario de Avisos, añadiendo que le gusta tomarse con paciencia el proceso creativo: «Es una forma de tantear diferentes territorios antes de comprometerte durante muchos años en algo muy concreto. Piensa que hacer una película, al menos en mi caso que soy un poco de cocina lenta, suele durar de tres a cinco años». Algo que se ve reflejado en los cinco años de trabajo que tomó «Damsel» los cuales el cineasta tinerfeño afirmó ser muy necesarios para la producción de una película cuya planificación se vio afectada por la pandemia.

Sin embargo, dio pistas sobre el género de sus obras, dejando caer que se situaban entre la ciencia ficción y el thriller romántico. Aunque sin decantarse por ninguno por el momento: «Pronto veremos, en el proceso de desarrollo, cuál de esas películas coge más «cuajo» y este será el momento de la decisión». Una conclusión que indica que un enfoque paciente es fundamental para el proceso creativo de un Fresnadillo que tras el éxito de su última película, compartió que le importa contentar al público por encima de cualquier premio: «El reconocimiento por parte de compañeros de profesión y por la industria es muy halagador, pero te aseguro que el abrumador éxito de público que hemos tenido ya me parece un premio insuperable».

Sobre su propia experiencia con Netflix y la diferencia entre rodar para una plataforma o para salas de cine, el canario comentó: «Creo que las plataformas han potenciado el sector de forma muy notoria, han conseguido que se vean más películas que nunca, pero a la vez han cambiado la forma de consumirlo. Vemos la mayor parte del cine en el televisor de nuestra casa y evidentemente este nuevo paradigma cambia la producción y el contenido de las historias».

«Como espectador en una sala de cine- añadió-, la inmersión en la historia que estás viendo en la gran pantalla es total: estar rodeado de gente y a oscuras provoca en gran medida que nuestra atención no tenga altibajos. En cambio en casa, nuestros niveles de atención se encuentran muy dispersos debido a la facilidad con la que podemos dejar la pantalla, tentados por un móvil que nos envía mensajes y llamadas o por el interés de buscar algo mejor en otro canal o plataforma. En las series de televisión, el creador-guionista, el llamado showrunner, es realmente quien corta el bacalao. Esta figura, que es una mezcla entre director y productor, es realmente quien tiene la última palabra en las decisiones creativas más importantes. Los directores, en este caso, somos más bien consejeros».