El actor se convierte en el escenario del Teatro Bellas Artes en un personaje entrañable, tierno, que nos hace sonreir y llorar

Juan Diego estrena este miércoles 9 de enero en el Teatro Bellas Artes de Madrid, tras un recorrido por España, «La lengua madre», un monólogo teatral escrito por el autor y novelista Juan José Millás, El actor se convierte en un personaje entrañable, tierno, que nos hace sonreir y llorar, y que nos gustaría llevar a casa para que, como ángel de la guarda, nos prevenga, desde su humildad y su verdad, de los peligros que nos acechan desde que sacamos el primer pie de las sábanas cada mañana.

«La lengua madre» se refiere también al peligro de encontrarnos una hipoteca subprime, un cashflow o una prima de riesgo, todo ese lenguaje inventado por los que dominan el mundo, y que nos ha dejado huérfanos de la lengua madre que tan ricamente nos alimentaba de su teta.
Millás explica que «las palabras son el único tesoro que es patrimonio de todos porque lo hemos construido entre todos. Y eso significa que todos y cada uno de nosotros somos coautores, por ejemplo, de El Quijote. Aunque también de los discursos de Nochebuena del Rey. Vaya una cosa por la otra”.
Según cuenta Millás, «las dudas lingüísticas eran, junto a las religiosas, las que más me torturaban en mi infancia. No comprendía, por ejemplo, por qué al pronunciar la palabra «rata” veía dentro de mi cabeza una rata mientras que al pronunciar «ra” no veía media rata. Tuve una relación muy conflictiva con la lengua madre, muy intensa también, pues ciertas dificultades de pronunciación que todavía arrastro hacían que las palabras, dentro de mi boca, parecieran objetos, más que sonidos. Las masticaba o las ensalivaba como si fueran un dulce y lo cierto es que para mí tenían sabor, olor, color, textura».
Y añade: «Algunas palabras eran duras como piedras y otras se deshacían como la espuma al contacto con la lengua. De otro lado, enseguida advertí también que una palabra podía arreglarte el día o estropeártelo porque había palabras que curaban y palabras que mataban, palabras que te hacían reír o que te hacían llorar, palabras que te adormecían o que te provocaban insomnio. Descubrí con asombro que las palabras dirigían la vida de los hombres, ya que, lejos de conquistarlas, según creíamos, eran ellas las que nos colonizaban. En gran medida, estamos hechos, o deshechos, de palabras. De esa extrañeza frente a la lengua nacería, muchos años después, este monólogo que trata de eso, de lo raro que es hablar o ser hablado».
La función permanecerá en el escenario del Bellas Artes hasta el 3 de febrero.