El actor, que se negó durante años a retomar el papel que le dio a conocer, se muestra abierto a volver a la saga de acción

Keanu Reeves ha aceptado volver a «Speed», la saga que le consagró internacionalmente antes de «Matrix». El actor, incluso, ha sugerido un posible título para el film: «Speed 3: redención». Un derroche de sentido del humor que sorprende en un intérprete habitualmente etiquetado de demasiado serio.

Reeves se había referido a la industria de Hollywood en los siguientes términos: «Estoy un poquito amargado con la industria. Cualquier actor te dirá que esta profesión es muy difícil, es una lucha constante por encontrar un buen guión, por dar con personajes que te ayuden a evolucionar. En Hollywood las cosas no suceden como uno quiere».

Su posible regreso a «Speed», a sus 50 años, sería una forma de hacer las paces con esa industria con la que no acaba de llevarse del todo bien, después de convertirse en uno de los actores más populares. «Speed» le convirtió en uno de los rostros predilectos del cine de acción gracias a su papel de policía que debe abortar los planes de un villano experto en explosivos. Su creación más perversa: un autobús que volará por los aires si baja de cierta velocidad.

A «Speed» le siguió «Speed 2», con barco en lugar de autobús, pero ese barco zarpó ya sin Keanu Reeves a bordo. Sí repitió Sandra Bullock, su compañera de fatigas, y que por ahora no se ha pronunciado sobre si aceptaría enrolarse en una tercera entrega.

Reeves, si finalmente «Speed 3» se acabara convirtiendo en una realidad, no haría más que apuntarse a esa tendencia reciente de actores que deciden que más vale malo conocido y que optan por pisar terreno familiar. Ahí están los ejemplos de Tom Cruise, empeñado en rodar «Top Gun 2»; de Harrison Ford quien, lesiones aparte, está encantado de volver a ser Han Solo; y de Sylvester Stallone, todo un experto en estirar franquicias, que dará pronto guerra por enésima vez en el rol de Rambo.