Una comedia sobre un grupo femenino universiario de canto a capella, con Anna Kendrick y Rebel Wilson que repetirán personajes

La actriz Elizabeth Banks prepara su debut en la dirección. La protagonista de «Virgen a los 40», «Los juegos del hambre» o «Movie 42» firmará su primer trabajo tras las cámaras con una secuela de «Dando la nota» («Pitch Perfect»), según revela una información publicada por The Hollywood Reporter.

La actriz debuta como directora tomando el testigo de Jason Moore («Shrek the Musical», «Dawson crece», «Cinco hermanos») que fue director de la primera película. «Elizabeth nos dio la primera idea para Perfect y fue clave a la hora de hacer de la película un gran éxito. Ella aportará una gran cantidad de energía y experiencia para que todo funcione y estamos encanados de haga su debut como directora en Pitch Perfect 2», afirma en un comunicado la presidenta de Universal Pictures Donna Langley .
Para esta secuela se prevee que Anna Kendrick y Rebel Wilson, los protagonistas de la película original estrenada en 2012, vuelvan para repetir sus papeles.
Sin ser un gran taquillazo, «Dando la nota» supuso un negocio más que rentable para sus profuctores. La película recaudó más de 115 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de unos 17 millones. Además, generó otros 135 millones de dólares en ventas de Blu-ray y DVD y también en formato digital, por lo que fue uno de los títulos más exitoso en el mercado doméstico.

La banda sonora de «Dando la nota» también fue un éxito, llegando a ser disco de platino con más de 1 millón de unidades vendidas, mientras su tema central, «Cups» fue un tema de enorme éxito: triple disco de platino con ventas que rondaron los 3 millones de unidades.

Basada en una novela de Mickey Rapkin, la película relataba la historia de Beca (Anna Kendrick), una joven loca por la música que cuando llega a la universidad acaba formando parte de un muy variopinto grupo de chicas unidas por esta misma pasión. Sus compañeras podían ser malas, buenas, regulares, raras… pero todas compartían una cosa: lo bien que sonaban cuando cantan juntas. Este heterogéneo grupo intentaban, de la mano de Beca y su afán transgresor, escalar puestos en el «despiadado» mundo de la competición del canto a capela universitario.