PARTICIPÓ EN MÁS DE 70 PELÍCULAS, LA MAYOR PARTE COMEDIAS

Marisa Merlini había nacido en Roma el 6 de agosto de 1923. Su origen romano la marcó siempre. «Romana de Roma», decía siempre en argot para recalcar sus orígenes en la ciudad eterna, como también lo fueron Anna Magnani, Aldo Fabrizi o Alberto Sordi, Bella, procaz, morena y de carácter fuerte, debutó a los 17 años en el teatro de revista con «Primavera de mujeres”. Sus primeras interpretaciones fueron junto al actor napolitano Totó, con quien rodó siete películas, algunas como «Signori in carrozza” (1951) de Luigi Zampa; «Gli eroi della domenica” (1953) de Mario Camerini; «Porta un bacione a Firenze” (1955) de Camillo Mastrocinque o «Il Bigamo” (1955) de Luciano Emme.

Su papel más conocido fue el de «Pan, amor y fantasía” (1953), de Luigi Comencini, donde interpretaba a la comadrona que quiere conquistar, inútilmente, al carabinero Vittorio De Sica. Entre sus grandes éxitos están también Entres sus mayores éxitos figuran «Padres e hijos” (1957) de Mario Monicelli; «Io, mammeta e tu” (1958) de Carlo Ludovico Bragaglia; «Monstruos de hoy” (1963) de Dino Risi; «La chica del trébol”, (1964), de sergio Grieco, «Crucero de verano” (1964), de Luis Lucia, «Loca juventud” (1965), de Manuel Mur Oti (estas tres últimas rodadas en España), «Yo, yo, yo y los demás” (1966), de Alessandro Blasetti, Oh, Serafina! (1968) de Alberto Lattuada o «El demonio de los celos” (1970), de Ettore Scola,. En 1957 ganó el premio Nastro d’Argento como mejor actriz por «El amor llegó en verano”, dirigida por Antonio Raccioppi, junto a Vittorio de Sica.
«Amaba mi cine y desde hace tiempo me pedía que trabajáramos junto. Fue maravilloso», ha recordado Pupi Avati, quien la dirigió en su última película, «La segunda noche de bodas” (2005), «con su gran experiencia, que atravesó casi un siglo de historia del cine, sabía estar en el plató con una competencia y un respeto de los papeles que hoy parecen casi de otros tiempos», ha dicho el director. «A pesar de su edad», añade Avati «tenía una memoria excepcional y un increíble patrimonio de anécdotas. Se acordaba de todos los directores con cual había trabajado. Contaba que había actuado como comadrona 14 veces, pero cada vez lo hacía de forma diferente».