La Federación Internacional de Críticos de Cine define al cineasta como un persona de honor que se ha ganado el más cálido de los respetos de cinéfilos y humanistas de todo el mundo

La Fipresci, constituída por miembros de la crítica cinematográfica de 68 países, organización sin intereses económicos y de carácter apolítico, ha emitido hoy domingo un comunicado desde la ciudad bávara de Munich. El texto sirve de protesta oficial de la Federación Internacional de Críticos de Cine cuando han pasado ya más de dos meses de la encarcelación sin cargos del reputadísimo cineasta iraní Jafar Panahi, respetado en los certámenes más importantes del mundo, cuyos galardones ha ganado.

El delito de Panahi es simpatizar con la oposición a la actual dictadura en la que se ha convertido la República Islámica. Por ello, el comunicado de la Fipresci reza: «A comienzos de marzo, el director de cine iraní Jafar Panahi fue arrestado por la policía de su país. Más de sos meses después, sigue en la cárcel. La Fipresci protesta fuertemente por el arresto e injusto confinamiento que sufre. El colectivo de críticos y escritores cinematográficos de la Fipresci considera la obra de Panahi como de una altísima envergadura. De hecho, logró el Premio Fipresci en 2000 en el Festival Internacional de Cine de Venecia y también ganó nuestro galardón «Gran Premio Fipresci» a la mejor película del año por «Dareyeh» («El círculo»).

En nuestra opinión es, además un persona de honor que se ha ganado el más cálido de los respetos de cinéfilos y humanistas de todo el mundo. Lo que no es, en nuestra opinión, es un criminal. Y tampoco le puede ser negada la libertad por sus opiniones políticas. Consideramos su encarcelamiento como un crimen contra la democracia y los más básicos derechos del ser humano».

Munich, 9 de mayo de 2010

FIPRESCI. Federación Internacional de Críticos de Cine

En Cannes, a partir del miércoles, el maestro del cine iraní que le dió a Jafar Panahi su primera oportunidad al tenerle de ayudante de dirección en «Entre los olivos», Abbas Kiarostami presentará, si las autoridades de su país le permiten salir, «Copia certificada», con Juliette Binoche. Hace unas semanas, Kiarostami pidió en un periódico de Teherán mediante una carta abierta al Gobierno la liberación de su colega, amigo y compatriota. Sus películas no se estrenan en Irán hace doce años y vive bajo una durísima vigilancia, pero no le han privado de su libertad.

El pasado 31 de abril, los más destacados cineastas norteamericanos, encabezados por Steven Spielberg y Martin Scorsese, firmaron un manifesto de petición de libertad. En vano. Panahi, de 50 años, sufre una lesión cardíaca y está confinado en una microcelda en la durísima prisión de Evin, en Teherán. El miércoles comienza el Festival Internacional de Cine de Cannes, que hace años exigió la libertad de la entonces prisionera Ingrid Bethancourt, mediante un enorme retrato de la prisionera de las FARC en la fachada del Palais del Festival. Es muy posible, que este año, el certamen realice alguna acción por la liberación del creador de «El espejo» y «Fuera de juego». Nadie merece ser privado de su libertad por una opinión política, religiosa o humanista.