La película, dirigida por el mallorquín Héctor Hernández, causa polémica en el Festival de Sitges

La película española «El cadáver de Anna Fritz», ópera prima del director mallorquín Héctor Hernández, ha llevado el debate sobre la necrofília al Festival de Cine Fantástico de Sitges. Hernánez es un habitual guionista de series situadas en las antípodas como «Los Lunnies», su película ha provocado un encendido debate sobre la moralidad de la necrofilia.

La película presenta como la célebre actriz Anna Fritz ha fallecido, dejando un cadáver tan joven y bello que cuando tres amigos se cuelan en la morgue para contemplarla, no pueden resistir a la tentación de traspasar los límites y deciden practicar sexo con el cuerpo inerte. Alba Ribas, Cristian Valencia, Bernat Saumell y Albert Carbó son los protagonistas del filme.

«La historia no es autobiográfica», ha asegurado divertido Hernández en conferencia de prensa, revelando que encontró en Google una noticia de una muerta que había despertado tras ser violada. «Pero la necrofilia, en sí misma, no me interesaba, sino la situación extrema a la que se enfrentan todos los personajes», ha destacado, sin ver grandes diferencias entre su trabajo como guionista o como director, pues «escribir y dirigir tiene mucho en común, ya que cuando escribes un guión tienes una historia en la cabeza, y cuando diriges has de montar lo que tienes en la cabeza». Ni siquiera es tan diferente su trabajo en esta película del que hacía para la serie infantil de TVE: «Con los Lunnies escribí muchas historias de terror, pero pensando en un público infantil, por tanto no podía hablar de muñecos practicando sexo con otro muñeco muerto», ha dicho el cineasta que durante la presentación ha recibido una corona de flores.

Para Hernández, ha resultado fundamental haber contado con cinco semanas de ensayo: «Es curioso, que si haces una producción de 8 millones de euros, no te permiten ensayar con los actores, y aquí tuvimos ese lujo». Sobre ese trabajo conjunto, Albert Carbó ha comentado que el filme es «el resultado de un grupo de gente, en el que cada uno ha tirado adelante el proyecto con su propio trabajo y experiencia».

Dentro de los trabajos interpretativos destaca la actuación del cadáver, Alba Ribas, inmóvil al principio y muy expresiva con su rostro y su mirada tras despertar de la muerte y ver que el resto de su cuerpo no responde del todo: «La primera vez que leí el guión se me hizo una montaña, pero con la distancia puedo decir que la clave y el éxito fue ensayar cinco semanas y haber tenido la asesoría de un médico que me ayudara en la parte corporal, que fue perfecto para acabar de construir el personaje».

El cineasta mallorquín ha citado como referentes «Funny Games» y algunos títulos de David Cronenberg, en los que «el espacio da a la historia una gran dimensión». El propio espacio de rodaje jugó a favor de la historia, como dice Alba Ribas, «porque después de un día de rodaje se convirtió en asfixiante». En opinión de Cristian Valencia, «El cadáver de Anna Fritz», que se estrenará en España el próximo 30 de octubre, explora los límites humanos: «Uno no sabe sus límites hasta que se encuentra en una situación límite».