La actriz protagonizará una nueva versión de «Claopatra»

Volvió a reinar, de nuevo, en la alfombra roja, del brazo de Brad y con su prole jugando en un suntuoso hotel lejos del bullicio del Festival: la única, poderosa e inimitable Angelina Jolie. Se la describe como la más podrosa de Hollywood, pero esta vez viajó para promocionar «Kung Fu Panda 2», en que es solo una voz.

La noche de «El árbol de la vida» y del brazo del bello, se movió como una escultura vida, con un suntuoso traje de noche color moka y pequeñas pero exclusivas joyas. A sus 35 años, en la Cote d’Azur, su compañero de la lamentable «The Tourist» les definió como «los Taylor-Burton del siglo XXI». Y es cierto que ellos manejan el glamour de las estrellas de los 50.
Pitt es el actor más buscado de Hollywood y como Burton, una presencia magnética para ser un palurdo de pueblo. Jolie, como Taylor, mantiene relaciones conflictivas con su padre, Jon Voigt.
Y de hecho, Jolie será Cleopatra, dirigida por David Fincher, un remake del clásico de 1963, donde Taylor-Burton se enamoraron, comenzaron sus adulterios para la púdica era de entonces. Sin embargo, Jolie la define como «una mujer culta, apasionadahablaba cinco idiomas y toda una líder. Siglos no la han comprendido». El poderoso productor Scott Rudin concibió este proyecto para ella. La actriz la mostrará como una faraona.
Durante el Festival de Cannes, la familia (y una legión de nurses y prpfesores, para los seis, que cuestan al año 10 millones de dólares cada uno) han residido en su Chateau Miraval de 35 habitaciones en Brignoles, en la Costa Azul. Ambos se han contagiado de las motos potentes, -ella tiene una MV Augusta- y pilota un avión privado. Acaba de dirigir en la dirección con el drama Bosnio Land Of Blood and Honey y esta verano será el rostro y cuerpo de los exclusivos productos de Louis Vuitton. Cleopatra está de regreso para quedarse.