«SPION VAN ORANJE» ES LA PELÍcULA NERLANDESA CAMPEONA DE TAQUILLA EN LO QUE VA DE AÑO

Superada la primera mitad del 2009, el cine holandés ha recibido una noticia buena y otra, no. Por un lado, el hecho irrefutable de que los ciudadanos nerlandeses han incrementado sus visitas a los cines en un 12,3 %, una cota superior a la del 2008, de 10 millones de espectadores se ha pasado a 11. La recesión no matará pues, al cine. Sin embargo, los holandeses han preferido ver películas de otras nacionalidades antes que las propias.

Pese a las pésimas críticas, el filme más visto -con 635.000 espectadores- ha sido «Angeles y demonios», de Ron Howard, la secuela de la risible «El Código Da Vinci». Le sigue «Slumdog Millionaire», de Daniel Boyle, el campeón de los Oscar, seguida de un filme de animación, la del can «Bolt», lo ultimo del pre-abuelo Jim Carrey «Dí que sí», y «El curioso caso de Benjamin Button», de David Fincher y a la mayor gloria de Brad Pitt, con 380.000 espectadores. Aun conocida la adicción de los nerlandeses a la televisión, el cine se sigue considerando un entretenimiento de bajo presupuesto. Quizá por ello, la máxima estrella de la televisión nacional, el cómico, cantante y presentador de concursos Paul de Leeuw -una especia de Kiko Ledgard, aunque rechoncho, calvo y nada heterosexual- encabezó el box office patrio con un bodrio titulado «Spion van Oranje». El subproducto, que alcanzó las más pésimas críticas, es una burda copia de la serie «Austin Powers», fue dirigida por el novato con ínfulas Tim Oliehoek y en ella el divo Leeuw interpreta a dos hermanos gemelos y homosexuales, Brüno y François. «Brüno» jamás abría soñado con tanto. El film, por así llamarlo, registró 210.000 espectadores. Pese al triunfalismo, es un hecho que su productor San Fu Maltha soñaba con alcanzar los 800.000. Las cifras arrojan las más pésimas noticias: tan sólo un 10,1 % de los 11 millones de espectadores acudieron ver una película nacional. Eso indica que el índice ha bajado un 4,5% respecto del pasado año. Las esperanzas están puestas en el segundo semestre. Sobre todo en tres títulos. «The Aviatrix of Kazbek», coproducida con Bélgica y basada en los popularísimos comics «Spike y Suzy», «The Storm», del existoso realizador Ben Sombogaart y un nuevo vehículo para la actriz más adorada por la población de los Países Bajos, Carice van Houten, «Komt Een Vrouw Bij De Doktor» («Una mujer visita al médico»). Ben Sombogaart, campeón de la taquilla 2008 con la megaproducción «Bride Flight», regresa de nuevo a hechos reales en «The Storm», basada en las arrasadoras inundaciones que en 1953 casi borraron del mapa a la región de Seeland, al Sur del país. A partir de una historia de amor ficticia, el film, con 7 millones de euros de presupuesto, narra como la bestial tromba de agua mató a 1.800 holandeses, dejó sin hogar a 100.000 y arrasó con agua salina 165 hectáreas. Sin ese aire épico, el drama «Una mujer visita al médico», de Reinout Oerlemann, se basa en la aclamada novela «Oda al amor», de Kluun, en la que Van Houten -la actriz favorita del país que logró seducir al mundo desde «El libro negro» y a Tom Cruise en «Operación Valkyria»-, es Carmen, una mujer que mientras muere de cáncer, arregla la futura vida amorosa de su infiel y amoral marido. Y finalmente, subrayar que la gran fiesta nacional del cine de este país, el Festival de Cine de los Países Bajos, que se celebra entre septiembre y octubre en Utrecht, se inaugurará el día 23 con una producción nerlandesa «Tramontana», dirigida por Ramon Gieling, rodada en Cadaqués y protagonizada por Yohana Cobo y Lluis Soler. Si alguno de nuestros actores de hace con algún Kalf de Oro, será como volver a poner una pica en Flandes.