ACTOR DE OCHO PELÍCULAS EN 24 AÑOS, ESTABA ESTABLECIDO EN ESTADOS UNIDOS

El actor australiano Paul Hogan (Lightning Ridge, Nueva Gales del Sur, 1939) es uno de esos personajes mediocres que tienen un éxito en la vida («Cocodrilo Dundee», en este caso, de la que realizó dos secuelas penosas sin éxito), se hace millonario, abandona su país, se instala en Hollywood y evade sus ganancias en paraísos fiscales ilegales del tipo de las Islas Caimán.

El pasado día 20 de este mes llegó a Sydney para el funeral por su madre e inmediatamente y en el aeropuerto fue detenido por miembros de la Australian Taxation Office, que llevaban cinco años invetisgándole. El caso es que el actor de 69 años tendrá que afrontar una deuda con las autoridades fiscales de su país por un valor de 150 millones de dólares.

Su mujer, la actriz Linda Kozlowski, su coprotagonista en la primera película del amigo de los cocodrilos, rudo, delgado y arrugado, sigue en Los Angeles «absolutamente devastada» con el hijo de ambos, Chance, de 12 años. Así lo ha hecho saber el abogado del actor, Andrew Robinson. Según Reuters, el actor no podrá abandonar su país -parte de su fortuna proviene de los anuncios para la televisión estadounidense acerca de las bellezas de las antípodas- hasta que pague su deuda con el mismo.

Irónicamente, en 1985 recibió del Gobierno de su país el título de «australiano del año» por su labor promocional en la serie turística de las antípodas «Anzacs». En 1989, el título de «Miembro de la Orden de Australia». Curiosamente, sólo ha protagonizado ocho películas en 24 años. Su momento de oro fue recibir el Oscar por el guión de «Cocodrilo Dundee», pero eso se remonta a 1986. Dejó a su mujer de 39 años, Noelene, con la que se había casado dos veces, para hacerlo con Linda en 1990. Con su hijo viven en una fastuosa mansión victoriana restaurada en Santa Bárbara, California. Es probable que tarde algo en regresar.

El único que ha hablado hasta ahora ha sido su abogado. Cuando la agencia Reuters se ha puesto en contacto con las autoridades fiscales australianas, han negado comentario alguno acerca de los problemas de impuestos de cualquier ciudadano de las tierras de los canguros.