El musical «Lo tuyo y lo mío” se representa en el teatro Lara de Madrid con canciones llenas de recuerdos

«Lo tuyo y lo mío” es un musical divertidamente nostálgico, o de una nostalgia divertida, que se representa la noche de los domingos en el teatro Lara de Madrid, con dirección musical de Didac Flores. Muy bien cantado y con una excelente puesta en escena. Una obra refrescante, aunque esté llena del calor de la pasión amorosa. Muy recomendable.

«Besos/ ternura/ que derroche de amor/ vaya locura…”, con aquel estribillo puede resumirse el musical «Lo tuyo y lo mío”, una obra de una melancolía optimista sobre el amor y el desamor, muy «vintage”, lleno de buenas intenciones, cuya principal peculiaridad radica en que utiliza la letra de grandes éxitos como único texto. De modo que a través de canciones de Karina, Raphael, Ana Belén, Rocío Jurado, Mocedades, Sabina o Alaska, entre otros, se cuenta el amor de un chico y una chica, desde que se conocen, en medio de «esas flechas que se clavan una vez y una vez más”, porque «esas flechas van contigo donde quiera que tú vas”, hasta que descubren que no, que no son «ni Romeo ni Julieta, aquellos que murieron por su amor”. Porque ese chico que le promete a la muchacha rubia amor eterno en el sofá de una sala de estar con discos de Adamo, descubre que de quien está realmente enamorado es del músico que toca el piano como nadie.

Y en medio de este revuelo sentimental, 75 canciones en 75 minutos, como se indica en el programa, Raphael va a recordar a unos y otros que esa puede ser su gran noche. Y suena el «chan, chan, chan…”, y es verano, cuando todo se hace más intrascendente, y ha diluviado sobre Madrid en medio de una tarde de calor insufrible, el agua bajaba por las aceras «como una ola”, y los protagonistas finalmente hacen las maletas, cada uno por su lado, porque no hay amor que cien años dure, pero quizás, y aunque esto no se diga la obra, algún día, lejos el uno del otro, escuchen en algún sitio una melodía que les haga recordar el remoto tiempo feliz en el que estuvieron juntos. Tócala otra vez, Sabina.