LA PELÍCULA ANIMADA DE SYLVAIN CHOMET SE PRESENTARÁ EN LA PRÓXIMA BERLINALE

Escrito hace 54 años, la película se verá oscurecida por una historia real de dolor y escándalo de la vida real del cómico galo. Se trata de un film muy esperado, dado que Chomet vivió un triunfo personal en 2003 con su «Bienvenidos a Belleville». La historia del film narra el encuentro de un anticuado y anciano mago con una joven, un evento que altera su vida y que los analistas califican como la carta personal que Tati escribió a su hija adolescente. En 2000, Sophie Tati, hija del actor que falleció dos años después, le envió el guión a Chomet. Sin embargo, otra hija del legendario Tati, Helga Marie-Jeanne Schiel, que vive en el Norte de Inglaterra, reclama haber sido la verdadera inspiradora de la historia.

Richard McDonald, nieto de Tati e hijo de Helga, ha escrito una airada carta al diario británico The Observer alegando que el film de Chomet trata de embellecer un muy triste capítulo en las vidas de los familiares del autor de «Mi tío». «Chomet ha alterado la historia original convirtiendo la película en un homenaje grotesco, ecléctico y nostálgico y es un acto de falta de respeto muy grave.» La historia de Helga, una hija a la que Tati abandonó e ignoró durante toda su vida, salió a la luz cuando se conocieron las intenciones de llevar al cine de animación el inédito guión. Helga y sus tres hijos -Richard, Kenneth y Grahame- creen ser la única progenie viva del cómico y alegan que escondieron siempre su historia para proteger la reputación del artista que habría quedado seriamente dañada de haberse conocido.

Nacido Jacques Tatischeff en 1907, el cómico conoció a la madre de Helga, Herta Schiel, una actriz austríaca emigrada, cuando ésta y su hermana trabajaban en el París ocupado por los nazis en un espectáculo de music-hall. Cuando Herta quedó embarazada de Helga, una formidable hermana de Tati -Nathalie, una empresaria rica y poderosa- le desaconsejó el matrimonio. Convencieron a Herta de renunciar al reconocimiento paterno, recibió una compensación económica y abandonó París con el bebé para posteriormente casearse con otro hombre. Este capítulo íntimo de la vida del actor se convirtió en la comidilla escandalosa de los círculos artísticos de París. Algunos colegas, le dieron la espalda ante semejante acto de crueldad.

Así quedó registrado en la biografía que David Bellos escribió en 1999. Tati se vió forzado a dejar los teatros parisinos, se trasladó más tarde a Berlín y finalmente, eligió el «exilio» bucólico de Sainte-Sévère-sur-Indre, donde creó al señor Hulot de «Un día de fiesta» (1949), considerada una de las obras maestras del cine francés. Helga creció viendo los posters de la película. Sufrió la vida de un cruel orfanato en Marruecos, desde donde por primera vez escribió a su padre intentando contactar con él. En vano. Se cree que por entonces -en palabras de McDonald- Tati escribió la historia de «L’Illusionniste».