La actriz, acusada de mentir a la policía tras un grave accidente de tráfico

Nunca se ha visto el caso de una actriz y cantante de talento y con una carrera prometedora que haya dilapidado tanto su vida y profesión: la perturbada pecosa pelirroja Lindsay Lohan. Ahora es probable que ingrese de nuevo en la cárcel acusada de severos delitos por mentir a la policía tras un accidente grave con un Porsche de lujo alquilado. Ayer volvió al trabajo para finalizar la película que se supone la devolvería al Olimpo de Hollywood, «Liz & Dick», una biopic sobre la torturada relación que unió a la británica Elizabeth Taylor y el galés dipsómano Richard Burton.

La joven actriz ha deformado su rostro a base de operaciones y Botox, resultando irreconocible de la pequeña que interpretó a las traviesas gemelas de Dennis Quaid y la recordada Natasha Richardson en «The parent trap» Parece ser que el pasado viernes alquiló el carro de lujo para ir al plató. El problema es que se encuentra en libertad provisional tras el juicio por haber robado una cadena de oro en una joyería, que la cámara de vídeo de la tienda grabó. Iba algo rayada. La actriz de 25 años comentó a la policía que ella no conducía sino su asistente, una formidable mentira.

Las audiencias, productores y distribuidores se preguntan cómo habrá salido indemne de interpretar a la formidable diva de los ojos violeta. Tras problemas sin fin, una desintoxicación, deudas millonarias y unas horas en la cárcel, además de ser llamada «crackhead», la actriz trata de restablecerse como una profesional seria y se presentó en el plató tres días después del accidente. Vestida con un kaftan de color «nude», un foulard en el cabello, lo hizo escondiéndose tras unas gafas de sol XXL. El viernes, de camino al plató, alcanzó con su Porsche la popa de un camión conducido por James Johnson en la autopista Pacific Coast a la altura de Santa Mónica.

Lohan fue llevada hasta el hospital de la universidad UCLA tras el porrazo pero fue liberada tras una inspección médica e inmediatamente regresó trabajo. Se rumorea que pidió que cubrieran los hematomas con maquillaje para finalizar y para que los productores no dieran por finalizado el rodaje. Pero, hay especulaciones de todo tipo acerca de qué ocurrió realmente en el lugar del accidente. Según la web TMZ, Lindsay alegó que era su asistente la que conducía. Testigos afirman que tras el suceso, las dos mujeres intercambiaron sus asientos.

Cuando la policía interrogó a la asistente, la empleada la acusó diciendo que la jefa conducía en el momento de la colisión. La policía del departamento de Santa Mónica descubrió la contradicción cuando la interrogaron en el hospital. Y van a alegar que mintió en su confesión. Según la ley californiana es punible producir falsa información a los defensores de la ley. Así puede correr el riesgo de ser acusada de violar la libertad condicional y regresar a la cárcel si es declarada culpable. A diversos amigos, Lohan les ha contado que todo se debió a un accidente mecánico, un fallo de los frenos. El camionero la acusó de ser la causante pero ella aduce que no pudo evitar la colisión.

Johnson se vió sorprendido por el empujón del Porsche: «Llegó por detrás y después cayó al arcén». Y asegura poder probarlo dado los numerosos testigos del hecho. Hay incluso vídeos. Ella insiste en que es una invención de Johnson para chantajearla y obtener dinero. El camionero está en bancarrota desde el pasado año y debe 57.000 $. La policía ha garantizado que el alcohol no intervino en el incidente y que se continúa investigando. Y es que la palabra de Lindsay Dee Lohan es papel mojado.