La película muestra el encuentro de un policía antidisturbios con un antisistema al que ha reventado un ojo con una pelota de goma en una manifestación

La película «El rey tuerto» ha abierto este domingo 24 la tercera jornada del 19º Festival de Málaga. Cine Español. Se trata de la ópera prima de Marc Crehuet, que adapta a la pantalla grande su propia obra de teatro, que se representó con gran éxito en diversas salas de Barcelona y Madrid.

a película repite el reparto que dio vida a los personajes sobre las tablas: Alain Hernández, Miki Esparbé, Betsy Túnez y Ruth Llopis. Todos ellos, junto con el director, han acudido al Festival ha presentar una película que «conserva el texto de la obra de teatro”. «En la primera versión del guión –ha explicado Crehuet- intenté «airear» la película buscando nuevas situaciones, otras localizaciones, entendiendo que una película tiene que ser más abierta”.

Sin embargo, «me gustaba el texto tal como estaba porque me fascinan películas como ‘La Huella’ y en general ese género de ambiente único, diálogos y personajes”. Por eso, apostó por «buscar la plástica y la intensidad en una sola localización, una especie de jaula en la que los personajes aparecen atrapados”.

La película, que plantea en clave de comedia ácida el encuentro casual de un policía antidisturbios, interpretado por Alain Hernández, con un antisistema (Miki Esparbé) al que ha reventado un ojo con una pelota de goma en una manifestación. Ambos interpretaron también la obra de teatro que, en su adaptación al cine «me ha descubierto muchas cosas, en una obra de teatro no hay primeros planos, pero en cine me he sorprendido por los juegos de miradas entre los dos que son gags en sí mismos”.

Pese a su actualidad, el guión se aleja de lo político y se acerca más al humor. «Es un texto necesario en estos días, que no cae en el panfleto y presenta situaciones en las que vemos que los personajes no son ni tan buenos ni tan malos; cada uno tiene sus razones, motivaciones y circunstancias y dejamos que el espectador saque sus propias conclusiones”, ha explicado Miki Esparbé.

Alain Hernández profundizó en esa línea. De hecho, al elenco le consta que algunos agentes de diversos cuerpos de seguridad fueron a ver la obra de teatro en su día. «Se nos acercaban a felicitarnos y nos explicaban que se habían visto reflejados en el personaje; existe un trasfondo en determinados cuerpos de seguridad que no se explican, episodios de depresión de los que no se habla, y mi personaje tiene muchos puntos con ellos”.

Todo comienza con una cena de reencuentro de dos amigas que no se veían desde el colegio. Lidia está en paro, ocupada en una fiesta de cursillos (fotografía, danza del vientre, nueva cocina) y vive en un barrio extremo con David, un portero de discoteca reconvertido en policía antidisturbios (o, como dice él, «especialista en gestión de masas»). Lidia admira profundamente a Sandra, una hipster a caballo entre el onirismo y la rebeldía, porque se fue del barrio y parece haberse «realizado». Su compañero, Nacho, es un «documentalista social» que vive del dinero paterno. Un pequeño detalle enturbia el reencuentro: David resulta ser quien dejó tuerto a Nacho en una manifestación con una pelota de goma. Cuando esto sale a la luz en la cena, Nacho y Sandra deciden abandonar la casa, pero los cuatro han quedado ya profunda e irreversiblemente marcados por la revelación.

Betsy Túrnez emocionó al público y a Alain Hernández al recordar la relación que une a los dos personajes que interpretan, y recordó la anécdota en la que ambos decidieron trasladar al mundo real el comportamiento de sus personajes en la película. «Fuimos a un centro comercial y éramos Lídia y David; ver la reacción de las personas a nuestro alrededor nos ayudó mucho a construir nuestros personajes”, ha señalado la actriz.

La película es una comedia negra sobre la fragilidad de las convicciones, la naturaleza de los roles sociales y la búsqueda de la verdad cuyo evidente origen teatral (el director no ha hecho nada para «airear” y poco la acción, y cuyos personajes se dirigen en el desenlace a una «cuarta pared” que puede estar justificado en un escenario pero que resulta absurdo en una película, la lastra fuertemente. Además la película adolece de falta de contextualización situando la acción en un lugar indeterminado con referencia al partido en el poder cuyas siglas no se corresponden con ninguno de la realidad española.

La película está producida por Tono Folguera, que vuelve al Festival de Málaga con una película tras lograr la Biznaga de Oro en 2014 con «10.000 km.»: «la película está funcionando muy bien y está gustando mucho. Estrenamos en mayo y esperamos que tenga un gran recorrido”, dijo el productor, quien ha reconocido que «nuestro objetivo fue siempre llegar a tiempo para estar en este festival”.