La Academia de Cine premia al veterano director y guionista cántabro

«Tengo una familia cinematográfica muy fiel y sé que a ellos les agradará este galardón», ha manifestado el veterano cineasta nada más conocer la noticia. «El prado de las estrellas» es la última película de este creador que tiene una nueva historia en el cajón, «Historias de la bahía».
A Mario Camus le cuesta mucho recibir premios «porque soy muy tímido, es una enfermedad. No me divierten nada estas cosas”. Por eso, el presidente de la Academia de Cine, Álex de la Iglesia, contó con la ayuda de Reyes Abades, miembro de la junta directiva en la categoría de efectos especiales, a la hora de comunicar al director y guionista cántabro que le habían concedido el Goya de Honor 2011.
«Reyes Abades es como mi hijo. Me he alegrado del premio, me vendrá bien. Como me lo entregarán en febrero –día 13-, tengo tiempo para preparar un discurso sobre el cine español y las amenazas que tenemos. Yo soy de hablar en comités pequeños, pero lo de subir a un escenario…”.

Reconocer la labor de toda una vida en el mundo cinematográfico es el propósito de este premio homenaje que en su inminente edición ha recaído en este «superviviente que lleva sin mirar a la cámara desde hace tres años, cuando filmó «El prado de las estrellas». «Mientras el cuerpo aguante, seguiré trabajando”, asegura el autor de la versión cinematográfica de una de las novelas más emblemáticas de Camilo José Cela, «La colmena». «Estoy lleno de reconocimientos de los que trabajan conmigo. Me siento muy querido y noto que me echan de menos cuando no trabajo, pero lo de las multitudes me espanta porque lo que más me gusta es pasar desapercibido. Tengo una familia cinematográfica muy fiel y sé que a ellos les alegrará el galardón”.

Miembro de una generación en la que figuran Carlos Saura, Basilio Martín Patino, Miguel Picazo, Francisco Regueiro y José Luis Borau, este cántabro de 75 años lleva cinco décadas contando historias. «Puedo caminar, hablar reír y hacer una película si me lo proponen. A los de nuestra edad no nos proponen películas, somos nosotros los que las tenemos que presentar en nuestra Comunidad Autónoma o a las televisiones. Los jóvenes quieren ver películas de los jóvenes, nosotros tuvimos nuestro público, que nos sigue, pero ahora desde la butaca de su casa viendo un dvd”.El realizador de «Los santos inocentes», «La ciudad de los prodigios» y «El color de las nubes»; coguionista de «Roma»; y autor del libreto de «Los golfos», tampoco tiene propuestas para escribir guiones. «Pero no me quejo. No estoy en el mercado, estoy un poco fuera del circuito porque no vivo ni en Madrid ni en Barcelona”, expone Camus, que tiene en el cajón «Historias de la bahía», un melodrama escrito por el realizador para la actriz Ana Belén.
Sin elegir una película, un guión o un relato de televisión, medio para el que ha firmado «La vuelta de El Coyote», «La forja de un rebelde», «Curro Jiménez» y «Fortunata y Jacinta», «porque cada obra tiene su propia vida durante el rodaje”, Camus conoce bien el oficio. «Lo que más me molesta es cuando has fallado. Yo estoy contento con lo que he hecho, unas películas me han salido bien y otras menos bien. Mi intención siempre ha sido trabajar bien”, ha dicho.
Desde sus comienzos experimenta con todos los géneros cinematográficos, destacando títulos tan comerciales como «Al ponerse el sol” (1967), protagonizada por el cantante Raphael, y «Esa mujer” (1969), con guión de Antonio Gala interpretada por Sara Montiel.
Son las adaptaciones literarias realizadas en los 80 las que le proporcionarán mayores éxitos: «La colmena” (1982), sobre la novela de Camilo José Cela, y «Los santos inocentes” (1984) de Miguel Delibes, con la que Alfredo Landa y Francisco Rabal obtuvieron, ex aequo, el Premio de Interpretación del Festival de Cannes.

Para televisión ha dirigido series tan populares como «Camioneros” (1973), «Fortunata y Jacinta” (1979), «Los desastres de la guerra” (1982) y «La forja de un rebelde” (1988). Realiza sus películas más personales en la década de los 90, con títulos como «Después del sueño” (1992), «Sombras en una batalla” (1993), «Adosados” (1996) o «El color de las nubes” (1998).
Mario Camus es uno de los directores más galardonados de nuestro país. Entre sus premios destacan los otorgados por el Sindicato Nacional del Espectáculo, en 1975, a su película «Los pájaros de Baden-Baden”. Por «La colmena” recibió, en 1982, los premios a la Mejor Película y Mejor Director en el Festival de Cine de Alejandría, el Oso de Oro a la Mejor Película en el Festival de Berlín, el Premio Cidalc a la Mejor Película y el Premio Berliner Morgen Post a la Mejor Película. En 1984, «Los santos inocentes” consiguió el premio a la Mejor Película en la Bienal de Cine Ciudad de Bogotá, el premio Ecuménico a la Mejor Película en el Festival de Cine de Cannes, el premio al Mérito Artístico y a la Mejor Película en el Festival de Cine de Alejandría y, un año más tarde, el premio a la Mejor Película en los Festivales de Cine de Durban y de Varna.

Mario Camus recibió, en 1985, el Premio Nacional de Cinematografía, concedido por el Ministerio de Cultura, en 1993, el Goya al mejor guión por la película «Sombras en una batalla” y en 2008 el Premio de Honor del Festval de Málaga de Cine Español.