Se solicita que un juez paralice el rodaje de la película, con Martin Guigui como director y William Forsythe, Joe Mantegna y Paul Sorvino en el reparto

Metro-Goldwyn-Mayer ha decidido demandar a Jake LaMotta y a los productores de «Toro Salvaje 2» por incumplimiento de contrato. El todopoderoso estudio quiere que un juez paralice el rodaje de la secuela de la película que protagonizó Robert De Niro y dirigió Martin Scorsese. Tanto actor como director se desmarcaron hace meses de esta secuela.

Según la MGM, ni Jack LaMotta (el boxeador que inspiró el personaje de Robert De Niro en la ficción) ni los nuevos productores, pueden rodar una secuela de la película de Scorsese porque es el estudio quien tiene los derechos del libro autobiográfico que escribió LaMotta. La nueva película, de corte indie, ya había comenzado su rodaje en Los Angeles con Martin Guigui como director y William Forsythe, Joe Mantegna y Paul Sorvino en el reparto.
El acuerdo vigente en relación a la historia, según la demanda, sigue siendo el que alcanzaron LaMotta -que actualmente tiene 91 años- y el co-autor del libro, Peter Savage, con Chartoff-Winkler Productions, de quien MGM heredó los derechos. La MGM aclara que ellos son dueños de los derechos cinematográficos de la novela escrita por LaMotta además de «cualquier otra secuela que se escriba». MGM dice ahora que han ignorado sus derechos poniendo en marcha una secuela del famoso film de Scorsese. «Toro salvaje 2» se ha anunciado como una mezcla entre secuela y precuela, en la que se cuentan momentos de juventud y vejez del boxeador.
«Los productores de «Toro Salvaje 2″ están asociando la secuela con la original», dicen desde MGM. Y es precisamente este punto el que más les escama: «Hay una intención planeada de crear confusión en el mercado para aprovechar el valor de Toro Salvaje, alegan en el estudio. Desde MGM desvelan que Scorsese y Robert De Niro «no tienen nada que ver con este proyecto» que «daña irreparablemente el valor de la película original y de los derechos de MGM».
Ahora, la lucha de este exboxeador y de Metro Goldwyn Mayer se tendrá que librar fuera del ring. Y es que MGM ya ha solicitado en su demanda que se celebre un juicio de «entre tres y cinco días».