LA MÍTICA CANTANTE PARTICIPÓ EN DIFERENTES PELÍCULAS Y SU VOZ FUE UTILIZADA POR PEDRO ALMODÓVAR O ALEJANDRO GONZÁLEZ IÑÁRRITU

Isabel Vargas Lizano nació en Costa Rica el 17 de abril de 1919 y llegó ya como adolescente a México, donde obtuvo la nacionalidad. Con su particular voz supo seducir al público mexicano, país en el que se convirtió en toda institución, pero también trascendió las fronteras de todo tipo para calar entre intelectuales, políticos e incluso entre la realeza europea.

De personalidad dominante, franca y optimista, siempre reconoció su alcoholismo. Acostumbraba a llevar pistola al cinto y nunca escondió sus amores con otras mujeres. La pintora Frida Kahlo, fue uno de ellos. Su primer disco fue publicado cuando ya sobrepasaba los 40 años, pero desde entonces publicó hasta 80 títulos a pesar de un parón desde finales de la década de 1970 hasta 1991, cuando reactivó su vida profesional.
Chavela Vargas fue amiga de personalidades como Picasso, Carlos Fuentes, Diego Rivera y Carlos Monsiváis. En su voz, dio a conocer canciones como «Macorina», «No sufras más», «María tepozteca», «Piensa en mí», «Paloma negra», «Fallaste corazón», «Qué bonito amor» o «Un mundo raro».
En cine Chavela Vargas intervino en algunas películas y participó en las bandas sonoras de otras muchas. Partició en «Frida» (2002), en «Cerro Torre: Schrei aus Stein» (1999) o eb «La soldadera», de 1967, así como en algunas telenovelas mexicanas.
Su música ha sido utilizada por directores como Pedro Almodóvar («Kika», «La flor de mi secreto», «Carne trémula») o Alejandro González Iñárritu («Babel»)
Pedro Almodovar ha escrito en su facebook un amplio texto sobre la cantante mexicana, donde explica: «Ningún ser vivo cantó con el debido desgarro al genial José Alfredo Jiménez como lo hizo Chavela. «Y si quieren saber de mi pasado, es preciso decir otra mentira. Les diré que llegué de un mundo raro, que no sé del dolor, que triunfé en el amor y que nunca (YO NUNCA, cantaba ella) he llorado”. Chavela creó con el énfasis de los finales de sus canciones un nuevo género que debería llevar su nombre. Las canciones de José Alfredo nacen en los márgenes de la sociedad y hablan de derrotas y abandonos, Chavela añadía una amargura irónica que se sobreponía a la hipocresía del mundo que le había tocado vivir y al que le cantó siempre desafiante. Se regodeaba en los finales, convertía el lamento en himno, te escupía el final a la cara. Como espectador era una experiencia que me desbordaba, uno no está acostrumbrado a que te pongan un espejo tan cerca de los ojos, el desgarro con tirón final, literalmente me desgarraba. No exagero. Supongo que habrá alguien por ahí que le pasara lo mismo que a mí»
Chavela Vargas fue reconocida a lo largo de su vida con la Gran Cruz Isabel la Católica, las medallas de Oro de las universidades Complutense de Madrid y al mérito de la de Alcalá de Henares, así como con el nombramiento de Huésped de Honor de Buenos Aires, como Ciudadana Distinguida de la Ciudad de México y con el Grammy Latino.
El pasado mes de abril de 2012, la cantautora presentó el disco «La Luna Grande», su última producción, en la que recuerda al poeta Federico García Lorca interpretando sus textos con el acompañamiento de algunas de sus músicas más conocidas. También se ha publicado recientemente el libro «Dos vidas necesito. Las verdades de Chavela», unas memorias resultado de una conversación con la escritora y periodista María Cortina.