Dirigió «La guerra de papá» o «Espérame en el cielo» y series tan populares como «Crónicas de un pueblo», «Verano azul» o «Farmacia de guardia»

El director de cine, productor y guionista Antonio Mercero ha fallecido en Madrid a los 82 años tras una larga batalla contra el alzhéimer, en la mañana de este sábado 12 de mayo. Mercero, que en 2010, recibió el Goya de Honor por su trayectoria profesional, pasará a la historia por series tan populares como «Farmacia de Guardia» o «Verano Azul» y la película para televisión «La cabina»,y largometrajes como «Espérame en el cielo» i «La guerra de papá».

Antonio Mercero ha fallecido seis días después de que lo hiciera Horacio Valcárcel, su guionista de cabecera. Entre ls numerosos premios que poseía destaca el Goya de Honor, la Concha de Oro y la Perla del Cantábrico en el Festival de Cine de San Sebastián, el premio de la Crítica Internacional del Festival de Montecarlo o la Medalla de Oro de las Artes, p el Emmy de Televisión por «La cabina».

Mercero nació en Lasarte en 1936. El cineasta vasco dirigió varias series legendarias en TVE como «Crónicas de un pueblo» (1971), «Verano Azul» (1982), «Turno de oficio» (1986), esta última protagonizada por Juan Echanove y Juan Luis Galiardo o «Farmacia de guardia», primera serie de producción propia emitida por una televisión privada en España. También tuvo mucho éxito «Manolito gafotas» (2003), basada en los libros de Elvira Lindo.

«Crónicas de un pueblo» fue el programa más visto por los españoles en los primeros años 70. La idea se le ocurrió al almirante Carrero Blanco, quien unos años después sería brutalmente asesinado por ETA. Rodada en un pueblo de la provincia de Madrid, relata la vida cotidiana en un núcleo rural. Los protagonistas –como mandaban los cánones del Movimiento- eran el alcalde, el cura, el cabo de la Guardia Civil y el maestro; otros personajes que aparecían en la serie era el alguacil, el cartero, el conductor del autobús, la boticaria y los niños de la escuela.

Mercero supo combinar en esta serie, «que costó cuatro duros» el humor con la ternura, fórmula que nunca le falló y que repetiría en «Verano azul», «Farmacia de guardia» o en el largometraje «La guerra de papá», inspirado en la novela de Delibes «El príncipe destronado». La veta dramática que también posee aflora en obras como «Turno de oficio» y, sobre todo, en sus dos últimos filmes: «Planta 4ª» (2003), en la que explora el drama del cáncer en la infancia, y en «¿Y tú quién eres?» (2007), sobre el Alzheimer, enfermedad que padecía el propio realizador.

El primer reconocimiento internacional –los elogios fueron unánimes- le llegó con «La cabina» (1972), protagonizada por José Luis López Vázquez. El filme –un hombre entra en una cabina para llamar por teléfono y ya no puede salir de ella- tiene tantas interpretaciones como espectadores. Un crítico señaló que en los 37 minutos que duran las imágenes está sintetizada toda la obra de Kafka y de Beckett. Otros vieron un ataque a la opresión del régimen franquista. Preguntado Mercero sobre el particular, dijo: «He querido transmitir terror. Nada más”. «La cabina» se alzó con números premios internacionales, entre ellos el prestigioso Emmy que concede la asociación de televisiones estadounidenses.

El realizador vasco filmó para la pantalla grande películas como «Manchas de sangre en un coche nuevo» (1976), «Las delicias de los verdes años» (1977), «La guerra de papá» (1978), «La noche del licenciado» (1979), «Buenas noches, señor monstruo» (1982), «El tesoro» (1988) o «Espérame en el cielo» (1988).

En teatro llevó a escena «Isabel, reina de corazones» (1983), que estrenó en el Teatro madrileño de La Comedia, y dos décadas después dirigió en el Teatro María Guerrero «Los verdes campos del Edén» (2004) y presentó el monólogo «Los cojos no trotan» (2005), interpretado por el humorista Eloy Arenas.