Fue el realizador más popular de los míticos «Estudio 1» de la televisión de los 70

El realizador Pedro Amalio López, uno de los símbolos de los «Estudio 1», falleció este lunes en Madrid, a los 77 años. Este prestigioso profesional, especializado en dramáticos, fue uno de los pioneros de la televisión en España y dirigió ‘Las brujas de Salem’ o ‘La muerte de un viajante’, entre otras obras que ocupan un lugar destacado en la historia de TVE.

Este lunes día 25 ha fallecido en Madrid a los 77 años Pedro Amalio López, pionero de la televisión en España y realizador y adaptador de las grandes obras teatrales de todos los tiempos en el mítico programa «Estudio 1» que lleno dos décadas de TVE en los años 60 y 70.

Pedro Amalio López fue de los profesionales pioneros que participó en la primera emisión de televisión en España, el 28 de octubre de 1956. Tras estudiar peritaje mercantil y graduado social, se convirtió en crítico cinematográfico en diversas publicaciones, labor que ejerció entre 1950 y 1955. Durante ese tiempo, trabajó también como guionista para la Escuela Oficial de Cinematográfía y para los Estudios Moro.

En 1956, cuando nace TVE, se incorpora al nuevo medio como realizador y se especializa en dramáticos. En su haber figuran títulos como «Silencio, vivimos» (1962), con guiones e interpretación de Adolfo Marsillach; «Tras la puerta cerrada’»(1963), «Las doce caras de Juan», (1967) con guión de Jaime de Armiñán e interpretación de Alberto Closas; la adaptación de la novela «El conde de Montecristo» (1969) o «La Saga de los Rius» (1976). También estuvo detrás de las cámaras en magacines como «Todo es posible en domingo» o «300 millones». Pero su nombre quedó asociado a los recordados «Estudio 1». Para este basto ciclo de obras teatrales adaptadas al medio realizó títulos como «Julio César» (1965) y «Macbeth» (1966).

Tras un período en dique seco, en los años 90 volvería a la realización, con adaptaciones de «Calígula» y «El beso de la mujer araña» (ambas en 1996). En 2000 realiza «Carlota», de Miguel Mihura, en la nueva etapa de Estudio 1.

El realizador recibió un aluvión de distinciones a lo largo de su carrera. Entre otros el gran premio del Festival de Berlín (1967) a su programa «Un mundo sin luz»: mención especial en el Festival de Montecarlo (1969) a su programa «Un nuevo rey Midas»; premios Ondas de la televisión (1969) de televisión; y el de la Academia de Televisión (1999) a toda su carrera profesional.