Robert Guédiguian presenta su personal visión sobre el terrorismo y el genocidio armenio

Dos de los hijos predilectos del Festival de Cine de Valladolid han sido los protagonistas de la primera jornada oficial del festival: Naomi Kawase y Robert Guédiguian. Dos autores tan distintos como alejadas han sido las obras que han presentado.

La primera, Naomi Kawase, ha presentado «An, una pastelería de Tokio” un trabajo delicado, lleno de emoción, rebosante en ocasiones, que sitúa la acción en la capital nipona donde coinciden tres personajes que, en diferente manera, son rechazados por la sociedad. En la película se denuncia también el maltrato que sufrieron los enfermos de lepra, que hasta 1996 vivieron confinados en campos de aislamiento, lejos de la sociedad.

La directora toma como punto de partida la novela de Durian Sukega y la convierte en un canto a la vida ya que «el hecho de existir es algo maravilloso” y destaca la importante lección que ha aprendido de los enfermos de lepra, que a pesar de sufrir marginación toda la vida, son personas que desprenden gran alegría.

Con ésta, son tres las veces que Naomi Kawase presenta película en Valladolid. La primera fue «Suzuku» y diez años después presentó «Nacimiento y maternidad”, ahora regresa con «An, Una pastelería en Tokio”, con la que espera dejar un dulce sabor de boca.

Algo más amargo es el sabor de boca que ha dejado Robert Guédiguian con «Une histoire de fou”, una película que aborda el genocidio armenio y las consecuencias que arrastra. La película cuenta con un prólogo en blanco y negro, ambientada en Alemania, donde se trata de contextualizar el origen del genocidio armenio por parte de los turcos y la historia, inspirada (libremente) en hechos reales y ambienta en la omnipresente Marsella de Guédiguian, durante los años 70, donde una familia de armenios vive cómo uno de sus miembros se radicaliza y decide tomar las armas contra los turcos.

Curiosamente el punto de partida de esta película se encuentra en el periodista español José Antonio Gurriarán, que en 1980 fue víctima de una bomba puesta por un grupo armenio en Madrid. A consecuencia del atentado sus piernas fueron gravemente heridas.

Tal y cómo ha explicado durante la rueda de prensa, tras el atentado empezó a investigar sobre el conflicto armenio ya que «lo importante en un atentado es por qué ha pasado, no cómo”. Tanto investigó sobre el conflicto y su experiencia que en 1982 publicó un libro, «La bomba”, donde relataba su experiencia.

«Une historie fou” es una adaptación muy libre de la novela, pero no ha sido la primera vez que un cineasta se ha interesado por la historia de Gurriarán. Pilar Miró estuvo muy interesada en llevar la novela al cine, pero sus diferente compromisos se lo impidió, aunque ya tenía incluso al actor que interpretaría a Gurriarán: José Sacristán. Posteriormente Jaime Camino intentó hacer la película, pero las desavenencias con la adaptación del guión hizo que el proyecto no prosperase.

La película de Guédiguian, como cabe esperar, es una película de izquierdas, militante y comprometida, aunque tan repleta de información que se hace difícil de digerir en momentos.