La entrega de premios fue seguida por 43 millones de personas en Estados Unidos

La pasada gala de entrega de los premios Oscar celebrada el domingo será recordada por tres elementos: el momento de las pizzas, el «selfie” que se realizó la presentadora Ellen DeGeneres con varios actores, la foto más tuiteada de la historia, y una gran cifra de audiencia. Siendo esta la mejor desde el año 2004.

Aunque la mayoría de expertos coinciden en que la ceremonia fue aburrida y con un humor demasiado blanco, esto no ha impedido que sea una de las más seguidas, quizá por el interés que provocaban las películas nominadas o a causa de su presentadora, la reina de la televisión actual en su país. Y ya se conocen los detalles de cómo se orquestaron esos citados golpes de efecto…

La entrega de premios fue seguida por 43 millones de personas en Estados Unidos, que se sintonizaron su televisor en la cadena ABC, la encargada de emitir el evento. Según Nielsen, la empresa responsable de seguir las audiencias en el país norteamericano, la cifra del pasado domingo supone un incremento del 65% con respecto al año pasado, y el mejor dato de la década. El año pasado, la gala fue seguida por 40,3 millones de espectadores.
DeGeneres también debe estar contenta con su aportación de este año, ya que ha superado la marca que consiguió en la anterior edición que presentó, la del año 2007. Aquella vez logró ser vista por 40,2 millones de televidentes. Desde el año 2004 no se conseguían datos como los de esta gala, en aquella ocasión, en la que «El señor de los anillos: el retorno del Rey” se alzó con 11 estatuillas, no se conseguían unos datos de audiencia tan buenos. Aquel año se llegó a los 43,5 millones de espectadores, solo medio millón más que este.
Uno de los momentos más comentados fue en el que se repartieron porciones de pizza a las estrellas de parte de la presentadora y con la ayuda de Brad Pitt. Ahora se sabe que había aun más pizzas en el backstage, donde se podía ver a actores como Will Smith y su hijo, Jennifer Lawrence, Jennifer Garner o Jessica Biel con porciones en la mano. El gag fue planeado por la propia presentadora que quería que un repartidor real (no un actor vestido como tal) entrara en el auditorio y repartiera las pizzas. Según los productores del evento, Neil Meron y Craig Zadan, dijeron a Hollywood Reporter, «Cuando Ellen dijo que quería hacerlo, nosotros dijimos que contratara a un actor pero ella dijo: no, no, no. No vas a contratar a un actor. Quiero un repartidor de pizza real”.
De esta manera se contrató un pedido de veinte pizzas del establecimiento de Hollywood Big Mama’s and Papa’s Pizzeria, el más próximo al teatro, del que es propietario un armenio, quien fue a llevarlas personalmente. Dentro del Dolby Theatre se instalaron unos hornos para asegurarse que la comida se mantenía caliente. Los productores no estabas seguros de que las estrellas, vestidas con sus mejores galas, se dignaran a comer semejante alimento.

DeGeneres les aseguró, «Confíen en mí, cuando te sientas allí durante cuatro horas estás hambriento. Ellos van a comer pizza, se lo aseguro”. La idea de la presentadora también benefició de manera exponencial a la pizzería que vio sus ventas incrementadas hasta en un 500%. Llegaron a tener más de 60 000 visitas en su sitio web en una hora. La popular presentadora es cliente habitual de la franquicia, ya que hay uno de sus locales cerca del estudio donde se realiza su talk show. Pero el establecimiento no tuvo que pagar nada por toda esta gran publicidad (ni se supone que nadie se llevó una comisión).
Si por algo pasará a la historia la ceremonia de este año es por ser en la que se produjo el selfie más tuiteado hasta el momento, superando el realizado por el Presidente Obama. Los productores revelaron antes de la gala que la presentadora iba a interactuar con un par de estrellas pero nadie sabía nada. Cuando DeGeneres estaba planteando el selfie pensaba en Meryl Streep o quizá en Julia Roberts pero no se esperaba que todas esas estrellas participaran. En los ensayos se pretendía que fuera Streep quien hiciera la foto y no Bradley Cooper como finalmente sucedió.