LA PELÍCULA MOSTRARÁ LA ACT(IVIDAD DE DIVERSOS MILITARES COMUNISTAS EN LA ESPAÑA VDEL SIGLO XX

El director Pablo Llorca («La espalda de Dios», «Uno de los dos no puede estar equivocado») prepara el rodaje de «El mundo que fue y el que es», entre los próximos meses de julio y septiembre, la historia de de varios militantes comunistas en la España del siglo XX.

Con Luis Miguel Cintra, Pedro Casablanc, Alberto Jiménez al frente del reparto, la película mostrará la actividad de varios militantes comunistas en la España del siglo XX, desde la actividad guerrillera en la posguerra, el internamiento en las cárceles, con la tortura y a veces el asesinato, hasta el abandono de la lucha armada en los años 50 y, en la transición, la renuncia al marxismo leninismo. Todo ello a través de un grupo de militantes, que coincidirán durante unos años en una prisión.
Pablo Llorca aclara que la película «propone dos miradas que son complementarias. Una de ellas se dirige hacia lo que significó la acción de los militantes comunistas contra el franquismo, heroica pero cargada de luces y de sombras. La otra intenta constatar la coherencia entre unos medios y los resultados deseados, o, lo que es lo mismo, cuando éstos se tenían claros y también cómo llegar a ellos. Lo cual contrasta con el mundo que es, cuando no es sólo un problema de las vías sino de qué hacer».
Según el director, «El mundo que fue y el que es» alude de manera simultánea «al tiempo pasado y al tiempo presente. O al mecanismo habitual por el cual el pasado es una proyección de la actualidad, pero ésta sólo puede ser comprendida desde la experiencia y la memoria. Frente a un ahora lleno de incertidumbre (se reconoce el malestar pero no los remedios para la solución y, peor aun, no se tiene la disposición para ello, la fortaleza para romper las contradicciones), se idealiza un pasado de lucha y decisión, donde se cree que existía una armonía entre la idea y la práctica».
Llorca explica en qué consistía esa práctica: «Ser fiel a la idea y no convertirse en el partido que gustaría al anticomunismo, un partido inofensivo para la reacción y la burguesía, en vez de uno al servicio del socialismo y de los intereses de los trabajadores, como, escribe Daniel Duarte, uno de los personajes, desde su celda. ¿Es posible que el pensamiento actual pueda asimilarlo? ¿Qué podemos pensar ahora de aquel paisaje lleno de luces y de sombras, de heroicidades y sacrificios por una idea?», asegura.