EL GUARDIÁN DEL PARAÍSO

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    Titulo original: El guardián del paraíso
    Año: 1955
    País: España
    Duración: 94 min.
    Dirección: Arturo Ruiz Castillo
    Guión: Manuel Pombo Angulo y Arturo Ruiz Castillo.
    Música: José Muñoz Molleda.

    Intérpretes

    Fernando Fernán-Gómez, Emma Penella, Elvira Quintillá, José María Rodero, José Isbert, Félix Dafauce, Ana María González, Rafael Bardem, Antonio Riquelme, Antonio Fornis, Carolina Jiménez, José Prada, Antonio Casas, Antonio Ozores, Matilde Muñoz Sampedro, Ramón Elías, Manuel Arbó, Francisco Bernal, Casimiro Hurtado, Xan das Bolas y Angel Aranda.

    Sinopsis

    En un bar, Manolo (Fernando Fernán Gómez), un típico sereno madrileño de la época, que ha perdido su acento asturiano por llevar mucho tiempo trabajando en la capital, se encuentra con Don Eduardo (Rafael Bardem), a quién le cuenta tres historias relacionadas con su vida y su profesión. La primera relata la muerte del poeta Arturo Abril (José María Rodero), la segunda tiene como protagonista a una monja (Emma Penella) de las hermanas de San Dimas y narra como, una noche, debe quitarse los hábitos y acudir a un cabaret para conseguir una medicina para un niño muy enfermo, y la tercera el propio sereno relata sus amores con la joven Cecilia (Elvira Quintillá), su intervención para atrapar a los ladrones de una fábrica y como consigue que le den un puesto en ella, y poder llevar una vida normal viviendo de día y durmiendo de noche, aunque el trabajo que le dan es de vigilante nocturno.

    Comentario

    Con la acción situada en los alrededores de la Plaza Mayor de Madrid pero rodada íntegramente en decorados, es una película que narra tres historias con un sereno madrileño como común denominador. El guión de Manuel Pombo Angulo, en el colaboró también el director Arturo Ruiz Castillo, tuvo problemas con la censura previa que impidió mostrar si el protector de la novia del sereno es también el jefe de unos ladrones que pretenden robar en una fábrica. Lo mejor del filme está en sus impagables secundarios, interpretados por José Isbert o Antonio Riquelme (como un carnicero apodado El Solomillo) y en el duro trasfondo de la España de la época, dominada por el hambre, la escasez de medicinas o la persecución de unos ladrones con ametralladoras.