"Concierto en G Menor RV 323: Allegro vivace", de Antonio Vivaldi; "La bicyclette", interpretado por Yves Montand; "Cash Machine", interpretado por Hard-Fi; y "Hard to beat", interpretado por Hard-Fi.
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Sinopsis
La acción se desarrolla en París en el transcurso de un año. Una joven llamada Camille (Audrey Tautou), hace amistad con sus dos vecinos, Philibert (Laurent Stocker) y Franck (Guillaume Canet) y se muda a su casa en busca de consuelo. En armonía, estos tres personajes opuestos tanto en carácter como en circunstancias familiares, vuelven a encontrar la alegría de vivir. Más allá de las disputas, las reconciliaciones, las peleas o la complicidad, el placer de estar “juntos” les hace más fuertes cuando deciden hacerse cargo de la abuela de Franck, ancianita tan testaruda como adorable. Los tres están magullados por la vida pero, aunque un poco salvajes y solitarios, creen en la generosidad y en la fuerza de los sentimientos. ¿Les permitirá estar “juntos, nada más” descubrirse a sí mismos y realizarse? Próximo al cuento, la película tiene sin embargo elementos cotidianos. No todo es de color de rosa y el drama nunca está lejos en esa burbuja que se han construido. Tanto en el exterior como en el interior, una amenaza planea sobre su felicidad: ¿cómo escapar de los golpes de la vida sin arriesgarse a pasar a su lado? Camille es una joven anoréxica, sincera y dulce, entera y sensible. Aunque de familia burguesa, ha escogido ser empleada doméstica para huir de la hipocresía y de los falsos sentimientos. Es una chica prudente que no se fía de la gente, incluso de su propia madre, hasta el día en que conoce a Philibert. La amabilidad y la pureza de este chico tímido le dan confianza y ganas de compartir con él una parte del camino sin preocuparse por el futuro. Philibert es un joven aristócrata tartamudo, muy educado y siempre dispuesto a echar una mano. Vive provisionalmente en un piso inmenso que pertenece a su familia y cuyo impuesto de sucesión no está pagado. Rechazando el puritanismo de sus padres y al margen de los buenos modales, que ha hecho suyos, Philibert vende postales cuando podría ser, por sus erudición, historiador. Para aprovechar el piso lleno de muebles antiguos pero falto de vida y de alegría, le propone a su amigo Franck que se instale allí hasta que encuentre una solución a sus problemas. Cocinero de gran corazón y mal carácter, Franck es un atractivo joven un poco bruto que acumula conquistas, que cuando no está trabajando cuida de su abuela. Al principio no soporta la presencia de Camille en el piso y se burla de Philibert, al que cree enamorado. Poco a poco, Camille acaba por ganárselo, por seducirlo, sobre todo cuando le propone mudarse al apartamento de su abuela para cuidarla. Ahora enamorado, Franck se enfrenta al miedo que siente Camille al compromiso. La abuela de Franck, Paulette (Françoise Bertin) vive en su bonita casa, con sus gatos y sus pájaros y se desmaya de repente. Su nieto le explica que a partir de ahora ya no podrá vivir sola. Dotada de un fuerte temperamento, se niega categóricamente a ingresar en un asilo. Antes de volver a su casa se va a pasar unos días al piso de Franck. La relación con Camille es de una ternura infinita. Camille la dibuja. Fascinada por su delicadeza y su abnegación, Franck está decidido a convencerla de que viva una gran historia de amor.