SUSAN HAYWARD

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    Susan Hayward, cuyo nombre real fue Edythe Marrenner Pearson, nació en Brooklyn, Nueva York, en 1917, siendo hija de Walter Marrenner y Ellen Pearson. Sus abuelos maternos fueron de origen sueco. Después de una infancia marcada por las estrecheces económicas, Susan empezó a trabajar en una fábrica textil, mientras soñaba con ser actriz. su primer paso fue apuntarse a la Feagan Drama School y después posar como modelo fotográfica.
    En 1937 se instala en Hollywood buscando conseguir el papel de Scarlett O’Hara en el filme «Lo que el viento se llevó». Su nombre artístico fue elegido por su representante porque «sonaba parecido» al de Rita Hayworth y la sonoridad le dotaba de una cierta asociación.
    A pesar de no haber sido elegida para encarnar Scarlett O’Hara, Hayward encontró trabajo al interpretar pequeños papeles hasta que es reclamada para el filme «Beau Geste» junto a Gary Cooper, película que la catapultó al éxito.
    Durante la 2ª Guerra Mundial, interpretó dos papeles femeninos estelares al lado de John Wayne en «Piratas del mar Caribe» (1942) y en «The Fighting Seabees» (1944). Una vez concluido el conflicto bélico, se estableció ella misma como una de las damas actrices principales de Hollywood, en películas tales como: «Tulsa, ciudad de lucha» u «Odio entre hermamos» (1949), «David and Bathsheba» (1951), «Con una canción en mi corazón» y «Las nieves del Kilimanjaro» (1952).
    En 1947, recibió su primera nominación al Oscar por su papel de cantante alcohólica de club nocturno en el filme «Una mujer destruida».
    EL OSCAR
    Durante los años 50 fue aclamada por sus interpretaciones dramáticas como la melancólica esposa del presidente Andrew Jackson dentro de la película «La dama marcada» (1953), la actriz alcohólica Lillian Roth, en «Mañana lloraré» (1955), basado en la autobiografía de la actriz, y la historia real Barbara Graham, una famosa asesina condenada a muerte en el filme «¡Quiero vivir!» (1958). Este último papel le hizo merecedora del Oscar como Mejor Actriz. También recibió múltiples elogios por su interpretación en Las Vegas de la obra «Mame», pero abandonó la producción porque no se sintió preparada para cubrir los requisitos del papel, por cuanto su voz no valía para cubrir las líricas de la obra. Siempre lamentó profundamente el no haber realizado un curso de canto que le hubiera permitido continuar con el papel.
    Susan Hayward continuó actuando en los años 1960 y 1970 («El tercer hombre era mujer», «Horas robadas», «El valle de las muñecas», «Mujeres en Venecia», y fue al principio de esta última década, cuando le fue diagnosticado un cáncer cerebral.
    Su último papel fue el de la Doctora Maggie Cole en el drama adaptado a la televisión «Say Goodbye, Maggie Cole» (el filme fue planeado como piloto de una serie televisiva, pero debido al diagnóstico de cáncer que la actriz recibió se canceló el proyecto). La última aparición pública fue en 1974 al participar como presentadora del premio a la mejor actriz, durante la emisión de la entrega de los premios Oscar. En la ceremonia, ya muy enferma, fue auxiliada por Charlton Heston. Hayward afirmaría posteriormente «es la última vez que lo hago».
    RADIACIÓN ATÓMICA
    Susan Hayward murió a la edad de 57 años en marzo de 1975, a causa de complicaciones de una neumonía relacionada con su cáncer cerebral, habiendo superado las expectativas de vida que los médicos le habían pronosticado. Fue sepultada cerca de su segundo y último esposo, Eaton Chalkley, con quien se había convertido al catolicismo, en Carrollton, Georgia. Le sobrevivieron sus dos hijos. Chalkley fue en todos los sentidos el amor de su vida, y habían vivido felizmente juntos en Carrollton hasta la muerte de Eaton acaecida en 1966. En diciembre de 1964, fue bautizada como católica en la iglesia de San Pedro y San Pablo en Pittsburgh, Pensilvannia, por un sacerdote llamado McGuire al que había conocido en China haciéndole prometer que si se convertía a la religión católica, él debería bautizarla.
    Existen muchas sospechas de que el cáncer que Hayward desarrolló fue el resultado de haberse visto expuesta a residuos nucleares durante la filmación del malogrado filme «El conquistador de Mongolia» (1956), rodado en las proximidades de St. George, en el desierto de Utah. Durante 13 semanas de filmación en el verano del 55, el reparto y el equipo fílmico estuvieron expuestos y contaminados con polvo radiactivo residual de dos ensayos nucleares de marzo y mayo de 1955.